Moscú denunció preparación de nueva provocación en Siria
La vocera de la cancillería rusa, María Zajarova, denunció este miércoles la posible preparación por la organización Cascos Blancos (CB) de una nueva provocación para acusar al gobierno de Siria de emplear armas químicas contra la población, en la provincia de Idlib.
En la declaración Zajarova manifestó: “Contamos con información fidedigna de que una caravana de los Cascos Blancos, facturadora de varios escenarios de ataques químicos falsos, hizo estancia en una localidad de Idlib”.
Describió que se desembarcaron trajes de protección contra ataques químicos y especialistas, así como cohetes, vehículos y otros armamentos.
“Sería bueno conocer cuándo se ordenará utilizar todos esos artefactos, aunque no se excluye que después de la llamada evacuación de los CB, sea el momento para emplear esos recursos y crear así una nueva provocación”, similar a la del 7 de abril pasado, en la ciudad de Ghouta, destacó.
Las entidades internacionales correspondientes poseen un informe detallado de la preparación de una nueva provocación, esta vez en Idlib, denunció Zajarova.
Los medios occidentales afirman que los CB temen una represión de las autoridades sirias y por eso iniciaron su evacuación hacia países europeos y de otras regiones, señaló la diplomática rusa.
Detalló que en el lugar se observaron unos pocos jefes, asimismo, éste asedio estaría financiado por Europa. “Reciben pagos directos y son evacuados, quizás, para asignarle tareas similares en otras latitudes”, señaló la vocera.
Los CB mantienen estrechos contactos con los dirigentes de formaciones armadas extremistas y se conoce sobre su participación en la eliminación de prisioneros de guerra del ejército sirio, reveló.
La vocera rusa manifestó: “Occidente debe tener cuidado al recibir a los miembros de la citada organización en Europa, pues sería difícil conocer si puede pertenecer a un grupo terrorista o no”.
Como ocurre en la actualidad, las autoridades rusas advirtieron que los CB preparaban una provocación en Ghouta (Siria), como sucedió en el mes de mayo.
