Michel Temer desfiló como un vampiro neoliberal en Carnaval de Río
El desfile de una de las escuelas de samba más famosas a nivel internacional fue una defensa a la participación popular en el carnaval e interpretó como un Judas al alcalde Crivella, quien redujo a la mitad el aporte oficial para el carnaval carioca
La primera noche de carnaval en el sambódromo de Río de Janeiro fue atravesada por la realidad política de Brasil en el desfile de la escuela Paraíso de Tuiutí que eligió la consigna "una nueva esclavitud" para denunciar la reforma laboral impulsada por el presidente golpista Michel Temer, representado como un "vampiro neoliberal".
El desfile fue transmitido en exclusivo por O Globo, cadena que respaldó el golpe institucional contra Dilma Rousseff, mientras Temer disfrutaba del fin de semana de carnaval lejos del sambódromo, recluido en la base de la Marina junto a 40 invitados. El poderoso bloque empresario industrial de San Pablo también recibió un mensaje con decenas de bailarines danzando como títeres vestidos con el representativo pato de goma amarillo.
La temática elegida para el desfile era un homenaje a Ley Aurea, que hace 130 años puso fin a tres siglos de esclavitud en Brasil, pero el recuerdo de aquellos esclavos se resignificó en las "formas modernas de esclavitud", según el director artístico Jack Vasconcelos. Por ello, una de las carrozas fue coronada por una libreta de trabajo y a su alrededor decenas de bailarines lucían réplicas de la libreta destruidas en denuncia a la reforma laboral impuesta por el gobierno golpista.
Detrás de ellos, otra ala del bloque vestía como patos de goma amarillas, símbolo de la Federación de Industrias de San Pablo, y caminaban manejados como títeres por manos gigantes encima de ellos, mientras hacían sonar cacerolas. Esa sección hizo referencia a los cacerolazos de grandes proorciones de la población de clase media que respaldó a principios de 2016 el impeachment contra Dilma Rousseff.
El cierre del desfile quedó en manos del vampiro de Temer. La carroza de cuatro pisos, decorada por las manos de traje que manejaban a los títeres y otras manos con grilletes que realizaban el gesto de pedir limosna, tenía en la cima a un vampiro caracterizado como el mandatario Temer con la banda presidencial y un cuello de dólares.
Así, más de 30 mil asistentes cambiaron la alegría y el glamour del desfile del carnaval carioca por la protesta, mientras el propio Temer pasaba el fin de semana en la base de la Marina brasileña en Río de Janeiro junto a su familia y unos 40 invitados.
Pero la denuncia de Paraíso de Tuiutí no fue la única de la noche. La multicampeona escuela Mangueira utilizó su pasó por el sambódromo Marqués de Sapucaí para criticar abiertamente al alcalde de Río, Sergio Crivella, el líder evangelista de la Iglesia Universal, que pasó los días de fiesta popular en Alemania.
El desfile de una de las escuelas de samba más famosas a nivel internacional fue una defensa a la participación popular en el carnaval e interpretó como un Judas al alcalde Crivella, quien redujo a la mitad el aporte oficial para el carnaval carioca.
Por su parte, la escuela de samba del barrio de Sao Gonçalo representó la vida de los esclavos africanos que eran obligados a trabajar para los señores de la tierra en Brasil y comparó aquella época con el tema "nuevo barco negrero". "Estamos volviendo a los desfiles políticamente críticos. Estamos en un momento para protestar", dijo el historiador Leo Morais, asistente de los carnavalescos que desde abril montan el carnaval de Río.