Más de 2 mil 500 refugiados fallecieron en el Meditarráneo
El flujo de migrantes y refugiados ha aumentado en los últimos días
Más de dos mil 500 refugiados han fallecido en los cinco primeros meses de 2016 durante la travesía por el mar Mediterráneo para intentar llegar a la Unión Europea (UE).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que solo la semana pasada 880 refugiados perdieron la vida en el Mediterráneo, después de que varios barcos naufragaran cuando intentaban ingresar a Italia.
“El 2016 está siendo particularmente letal. Se han perdido cerca de 2 mil 510 vidas” en los cinco primeros meses del año, contra mil 855 en el mismo período de 2015, declaró el portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), William Spindler, en una conferencia de prensa en Ginebra.
Desde el comienzo de 2015, pese a las trabas de países europeos, cerca de 204 mil migrantes y refugiados consiguieron llegar a la Unión Europea.
Testigos han denunciado que los refugiados que llegan a las fronteras de países europeos se encuentran con alambradas y no se le permite salir de su área ni tampoco entrar por su propia voluntad, y los campamentos donde permanecen están totalmente custodiados por funcionarios policiales que controlan su rutina diaria, que no ofrece una condición confortable.
Aunado a esta situación, los refugiados detenidos son devueltos a sus países de origen y hasta ahora 14 mil personas fueron arrestadas en el Mediterráneo central solo entre lunes y jueves de la semana pasada, con decenas de fallecidos, cientos de ellas podrían haberse ahogado durante un naufragio cerca de las costas libias.
La ruta entre África del Norte e Italia es la que se ha cobrado más vidas, reveló Spindler. “Dos mil 119 de las muertes registradas hasta el momento en 2016 fueron en este viaje”, explicó.
De acuerdo a la información de la ONU más de 60 millones de personas se encuentran desplazadas a causa de la guerra, la persecución o las violaciones de los derechos humanos.
La ONU reveló que a los refugiados en Europa se les niega a menudo el estatus legal y los documentos oficiales que les darían libertad de movimientos, acceso al mercado laboral, educación, formación y asistencia sanitaria adecuada.
