Macri y Temer decepcionaron al FMI
Del elogio a la decepción. Así evolucionó la percepción del Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca del desempeño de las economías de Argentina y Brasil en 2016.
Pese a los generosos vítores por el cambio de orientación que impuso el gobierno argentino de Mauricio Macri desde diciembre de 2015 y la celebrada salida de la presidenta electa de Brasil, Dilma Rousseff, ocurrida a mediados del año pasado por un golpe parlamentario que impuso a Michel Temer como mandatario, el FMI afirma en la actualización de su informe Perspectivas de la economía mundial –difundida ayer– que el performance de ambos países suramericanos frenó el crecimiento en la región.
En tal sentido, el FMI calculó que el crecimiento de Latinoamérica será de 1,2% en 2017, cuando en su anterior reporte lo había ubicado en 1,6%.
“En América latina, la revisión a la baja refleja en gran medida una menor expectativa de recuperación a corto plazo en Argentina y Brasil tras cifras de crecimiento que defraudaron las expectativas en torno al segundo semestre de 2016”, expone el reporte.
El ente, sin embargo, no actualizó la proyección hecha en septiembre pasado para Argentina, cuando estimó una contracción del 1,8% del PIB en 2016 y un aumento del 2,7% para 2017, destaca el diario Página 12.
El organismo a cargo de la francesa, Christine Lagarde –la misma que fue declarada culpable el pasado 19 de diciembre por cargos criminales en su país, relacionados con el uso indebido de fondos públicos durante su periodo como ministra de Finanzas–, añade que “el panorama de las economías de mercados emergentes sigue siendo diverso. La actividad fue más débil de lo esperado en algunos países de América Latina que están atravesando una recesión, como Argentina y Brasil”.
LOS GRANDES SEGUIRÁN CRECIENDO
El FMI fue más optimista con respecto a las grandes economías. Proyectó que crecerán 1,9% en 2017, cuando había estimado 1,8% en la edición anterior de su documento. El economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, aseguró que EEUU, Europa y Japón le darán mayor impulso a la economía global.
El crecimiento mundial se ubicará, según el organismo, en 3,4% este año, cuando en 2016 había marcado 3,1%, la tasa más baja desde la crisis financiera internacional de 2008-2009.
Obstfeld, no obstante, aseguró que existen riesgos importantes para el crecimiento del mundo vinculados con el éxito o fracaso de las políticas económicas de Donald Trump en Estados Unidos.
“Si un aumento de la demanda agregada alimentado por la política fiscal se topa con limitaciones de capacidad más rígidas, la curva de las tasas de interés tendrá que empinarse para contener la inflación, el dólar se apreciará con fuerza, el crecimiento real disminuirá, la presión presupuestaria se acentuará y el déficit nacional en cuenta corriente se ahondará”, dijo.
Agregó que el escenario, “en el cual se profundizan los desequilibrios mundiales, redobla el riesgo de medidas proteccionistas seguidas de represalias. También la posibilidad de que las condiciones financieras mundiales se compliquen con celeridad inesperada, generando tensiones para muchos mercados emergentes y economías de bajo ingreso”.
Consideran que esta situación podría potenciar la recesión interna en la Argentina, por la dificultad para acceder a nuevos capitales financieros a tasas moderadas y sostener el programa de megaendeudamiento iniciado en 2016.
La intención de la Casa Rosada es colocar al menos 5 mil millones de dólares en los mercados internacionales antes del próximo viernes, cuando asumirá Trump.