Pero al caer la noche la situación se complica: la falta de recursos origina cortes del suministro eléctrico de hasta 18 horas diarias, dejando al territorio sumido en la oscuridad
La vida en la Franja de Gaza es dura. Casi dos millones de personas, algo menos de la mitad de la población de Palestina, se agolpan en un pequeño pedazo de tierra de 385 km cuadrados que sufre toda clase de carencias debido al conflicto con Israel. Pero al caer la noche la situación se complica: la falta de recursos origina cortes del suministro eléctrico de hasta 18 horas diarias, dejando al territorio sumido en la oscuridad.
Un par de hombres, sentados en la puerta de su casa en el campo de refugiados de Shatti, en la ciudad de Gaza. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
A falta de corriente eléctrica, a esta familia no le queda más remedio que alumbrarse con linternas. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Un hombre aprovecha los últimos rayos de sol para pasear por las calles de Shatti. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Una mujer se asoma en la cortina que funciona como puerta de su refugio, en la localidad de Beit Hanoun, al norte de la franja. Su casa quedó arrasada en los bombardeos israelíes. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
La vida no se detiene: un comerciante callejero vende mazorcas de maíz, asadas al fuego. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Una mujer en silla de ruedas intenta aliviarse del calor junto a la playa mientras el sol se pone. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Una anciana camina por la calle guiándose con una linterna. El alumbrado público no funciona debido a la escasez de combustible para poner los generadores eléctricos en marcha. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
La falta de electricidad obliga a recurrir al fuego para algo tan sencillo como preparar una taza de té. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Interior de un hogar palestino. La falta de electricidad impide poner en marcha los ventiladores para aliviar el calor intenso del verano. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Sin aire acondicionado ni ventiladores es difícil permanecer dentro de las casas. Los gazatíes se reúnen en el exterior de sus viviendas. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Un hombre aprovecha el apagón para reparar una lámpara rota. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Las pocas lámparas que los palestinos pueden encender en sus hogares son las que funcionan con pilas. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
La poca claridad que queda mientras el sol se pone y la ayuda de unas linternas bastan a este grupo de niños para continuar con sus juegos. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.
Un niño en la calle, junto a la casa de su familia. Foto: Mohammed Salem/ Reuters.