Política

La infeliz campaña psicológica de Cervecería Polar

La directiva de Cervecería Polar, al no poder encubrir el interesado retraso en la discusión de un nuevo contrato colectivo, decidió promover una aburrida protesta protagonizada por el tren gerencial y una microscópica parte de la rama administrativa de la empresa dizque por "falta de materia prima y divisas"

A mediados del pasado mes de abril la principal organización sindical de Cervecería Polar, Sintraterricentro, inició acciones de huelga y un conjunto movilizaciones de calle a propósito de presionar la discusión definitiva de un nuevo contrato colectivo, sobre la base de un petitorio entregado ante el Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo durante los primeros días del mes de diciembre del año 2014.

La directiva de Cervecería Polar, al no poder encubrir el interesado retraso en la discusión de un nuevo contrato colectivo, decidió promover una aburrida protesta protagonizada por el tren gerencial y una microscópica parte de la rama administrativa de la empresa dizque por "falta de materia prima y divisas". Cinco días después, Cervecería Polar anunciaba que la paralización de curda era inminente tanto por la escasez de cebada malteada como por la reducción de los inventarios de láminas de aluminio y tapas, insumos importados desde Alemania, Francia y Colombia.

Durante todo el mes de julio la campaña psicológica dirigida a potenciar temores y angustias en la población venezolana por la supuesta escasez de cerveza, mostró toda su agresividad responsabilizando directamente al Gobierno Bolivariano –y a los trabajadores de la empresa– de lo que estaba sucediendo en Cervecería Polar.

Quienes tienen más de 60 años importando cebada malteada desde Francia y maquinaria desde Alemania a través del fraudulento usufructo de la renta petrolera nunca asumirán su responsabilidad ante situaciones apremiantes, como lo son por ejemplo la estrepitosa caída de los precios internacionales del petróleo y la necesidad de sustituir importaciones para equilibrar las cuentas nacionales. No. La culpa la tiene Nicolás Maduro que no me da todos los dólares que produce Pdvsa para que yo pueda batirme una de parásito cervecero.

Pero Cervecería Polar no da puntada sin dedal. El enrarecimiento de la distribución y de la producción de cerveza no sólo le sirvió para sumarle –aún más– neurosis a la atmósfera económica actual, sino también para aprovechar la supuesta reducción de la oferta para subir el precio de la cerveza descaradamente por medio de asignaciones limitadas pagadas de contado por tascas, taguaras y licorerías.

El 30 de julio la Cámara Venezolana de Fabricantes de Cerveza (Caveface) anunció que gracias a un trabajo mancomunado con el Ejecutivo Nacional, las divisas necesarias para finiquitar la importación de un embarque de cebada malteada proveniente de Francia para restablecer las operaciones en dos plantas de Cervecería Polar, se habían realizado sin mayores contratiempos. Según el comunicado, el proceso se dio en el marco de 30 días.

Es decir, Cervecería Polar desde principios del mes de julio tenía conocimiento de que las divisas para la compra internacional de cebada malteada estaban siendo tramitadas con celeridad y que a principios del mes de agosto arribaría el embarque con dicho producto a puerto venezolano. Cervecería Polar omitió toda la información relacionada al tema buscando acelerar –en el poco tiempo que le quedaba– su campaña psicológica planificada para estimular compras aceleradas de cerveza (a precio nuevo) dado el temor de no conseguirla más nunca.

Tanto es así, que el mismo 30 de julio Cervecería Polar dijo con tono alarmante que 2 de su 6 plantas de producción de cerveza se encontraban paralizadas por falta de cebada.

Esas 2 plantas sólo repercuten en el 25% de la producción total de Cervecería Polar. Es decir, durante estos dos meses de campaña psicológica a todo pulmón, el 75% de la producción de cerveza nunca se paralizó, pues existen suficientes inventarios de cebada malteada, aluminio y tapas importadas gracias a la entrega de dólares por parte del Gobierno Bolivariano. Porque hay que recordarlo hasta la saciedad: la trágica y endeble línea de cordura de Empresas Polar depende a totalidad de la terapia electroconvulsiva que le concede Pdvsa.

Como Cervecería Polar sabía que el embarque de cebada malteada venía hacia Venezuela a toda marcha, no le quedó otra opción que publictarse como víctima en los medios de comunicación privados. La semana pasada anunciaron la futura paralización de la Planta de San Joaquín, la de Barcelona y la que está en Los Cortijos, sabiendo de antemano que la materia prima llegaría en pocos días. Pero lo importante para ellos no es informar, sino infundir hasta más no poder temores de tipo etílico.

Cervecería Polar, al mismo tiempo que indicó esta semana que se encontraba en proceso de reactivación de sus plantas por la llegada de materia prima, también aprovechó la oportunidad para lanzarse un último eructo: ahora resulta que la "reactivación" puede dañar los equipos que estaban paralizados.

Este comentario resulta altamente sospechoso, pues cuando Empresas Polar decidió paralizar abruptamente todas sus actividades industriales durante el paro golpista del año 2002, como que no les importó que se fundieran molinos y líneas de empaque.

Mientras tanto Lorenzo Mendoza ve con nostalgia infinita el mar Caribe desde Puerto Cabello, esperando intranquilo a que lleguen más embarcaciones hasta las metras de cebada para darse infinitos chapuzones especulativos.

/N.A

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