
A diferencia del silencio guardado por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ante la escalada de la amenaza militar del Gobierno de Estados Unidos contra Venezuela y el Caribe, los obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas emitieron un comunicado oficial para rechazar el despliegue de recursos navales y militares en el sur del Caribe. El documento alerta sobre la injerencia que busca imponerse en la región y la posibilidad de que esta rompa la estabilidad regional.
La instancia eclesiástica caribeña difundió un texto donde manifiestan su «gran preocupación» ante la reciente acumulación de recursos navales y militares en el sur del Caribe. Asimismo, advierten sobre las «posibles implicaciones» que esta situación tendrá para el bienestar socioeconómico, político y humanitario de la región y sus habitantes.
En el comunicado, los prelados recordaron la inminente celebración de la 59.ª Jornada Mundial de la Paz y citaron al Papa Pablo VI. Aludiendo a las palabras del Pontífice de 1966, que exhortaban a la humanidad a optar por la negociación en lugar de la guerra, los obispos señalan que el mundo se encuentra nuevamente en una encrucijada. Por ello, enfatizan que el diálogo y la cooperación son «urgentemente necesarios» para aliviar las crecientes tensiones geopolíticas y promover una paz duradera.
El documento eclesiástico también emite una clara advertencia sobre la justificación de la violencia como medio de resolución de conflictos. Los obispos declararon que «la privación arbitraria e injustificada de la vida no puede justificarse como medio de resolución», ya que tales actos violan el «carácter sagrado de la vida humana». De igual modo, señalaron que el «desprecio por la soberanía de las naciones independientes» no puede aceptarse como una medida razonable en nombre de la seguridad fronteriza.
Por último, los obispos expresaron su solidaridad con los pueblos de la región, «en especial con aquellos más directamente afectados por esta situación». Concluyeron manifestando que depositan su esperanza, confianza y oraciones en la búsqueda de una solución pacífica y justa que garantice la dignidad humana, la soberanía nacional y el bien común de todos.



