Opinión

¡La comía pal cochino!

Ahora, dicen, un grupúsculo de un millón de vándalos comandado por @NicolasMaduro desde Azerbaiyán o alienígenas, según Cecilia Morel, esposa de Piñera, tienen armado tremendo follón en el oasis

Tuve una vez un loro tan malvado que cada vez que de la casa gritaban:

—¡La comía pal cochinooo!

El sádico plumífero vociferaba:

—¡Ya comióóó! —y se reía con las carcajadas desconcertantes de los pericos sádicos.

Imagina el reconcomio del chancho, que como no hablaba no podía pedir su comida. Un día el hablachento psitasicoide cayó dentro del chiquero y el gorrino se le fue encima con la excusable intención de saciar su bulimia. El cotorro, acorralado en la pocilga, se desgañitaba desesperado:

—¡La comía pal cochino! ¡La comía pal cochino! ¡La comía pal cochinooo!

Tarde. Solo encontramos el plumero en el fondo de la porqueriza. Ni el pico e loro encontramos y mire que buscamos.
Así anda un tal Piñera en un “verdadero oasis” llamado Chile. Cada vez que alguien gritaba:

—¡La comía pa los pobres!

El magnate-presidente respondía:

—¡Ya comieron! ¡Esto es un oasis!

Ahora, dicen, un grupúsculo de un millón de vándalos comandado por @NicolasMaduro desde Azerbaiyán o alienígenas, según Cecilia Morel, esposa de Piñera, tienen armado tremendo follón en el oasis. Y Piñera hace concesiones a los pobres, en volandas, correteando por el Palacio de La Moneda dando alaridos:

—¡La comía pa los pobres! ¡Estamos en guerra contra una fuerza poderosa! ¡Carabineros, milicos: Apalead, torturad, violad, secuestrad, matad, matad, matad, que es lo único que os hemos enseñado desde antes de su excelencia el general Pinochet! ¡Venezuela, Venezuela, Venezuela!

Ojalá no hallemos el plumero en un recodo de las grandes alamedas.

Me pregunto lo que estarán logrando pensar quienes se fueron demasiado de Venezuela al oasis o al Ecuador, Panamá, Perú, Costa Rica, Cataluña huyendo de la dictadura y de la emergencia humanitaria… ¿Tienen enzimas cerebrales para asimilar aquello? ¿Los medios que resecan sus sesos les han dejado recursos mentales para comprender cómo es que un oasis democrático libra una guerra contra su pueblo, a cielo abierto? ¿No es ese precisamente el terrorismo de Estado que atribuyen a la dictadura venezolana? ¿Cómo es que en el oasis neoliberal hay tanta miseria como para desatar una ira que devasta metro y centros comerciales enteros? ¿No era eso lo que presagiaban en Venezuela? Es por una duda que tengo.

 

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