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Fusión Bayer-Monsanto: un ataque frontal contra el campesinado

El pasado 14 de septiembre, el mundo conoció sobre una gran noticia para los consorcios que acumulan riquezas millonarias a partir de la degradación ambiental. Una terrible noticia para la sustentabilidad alimentaria global y el campesinado en general. Se trataba de la compra del gigante estadounidense de los agroquímicos y los transgénicos: Monsanto, por parte de Bayer, su similiar europeo.

La transacción se cerró por un monto de 66 mil millones de dólares, una cifra exagerada para los propios analistas del movimiento del capitalismo. Ello evidentemente acarrea un peligro mayor, bayer hará todo lo posible por recuperar mucho más rápido lo invertido.

El activista de Vía Campesina de Italia, Andrea Ferrante sistentiza la amenaza de la siguiente manera: “es un ataque frontal contra el campesinado mundial”. Explica que “la compra de Monsnto por parte de Bayer es claramente una mala noticia, ya que se trata de una concentración enorme del poder de la agroquímica, antes tenían poder, pero es claro que ahora es más fuerte porque tenemos los dos más grandes poderes de la agroquímica fusionados, el poder de Bayer en Europa y el de Monsanto en los Estados Unidos. Se trata de un poder ahora global, que tienen juntos un número incríble de semillas, de patentes, de productos agroquímicos, todo a la misma mano”.

El arco del triunfo de los transgénicos

En nuestra conversación con Ferrante consultamos por el impacto que tendrá la nueva alianza empresarial en el viejo continente. Él detalla que “en Europa el campesinado tenía una resistencia muy fuerte contra los transgénicos, que creaban dificultades para su introducción a las grandes multinacionales en este continente. Ahora con esta fusión, Monsanto va a tener a través de Bayer más facilidad para entrar a territorio europeo e imponer una agenda en favor de los transgénicos. Esto va a tener un impacto increíble en el mundo campesino, ellos van a juntar también todo el modelo comercial de ventas de semillas y transgénicos que son los enemigos principales para los trabajadores de la tierra”.

Un documento difundido en marzo de 2012 por Vía Campesina, titulado “En Lucha contra Monsanto”, recoge las batallas del movimiento campesino contra los peligros de los agroquímicos, los transgénicos y el monopolio de las semillas, características que distinguen la producción de la multinacional comprada ahora por Bayer. Para 2012, Monsanto poseía el 35% del mercado mundial de semillas, Bayer apenas el 4%.

El informe de Vía Campesina además indica que . Los análisis muestran que no existe evidencia del mayor rendimiento de los cultivos transgénicos frente a los cultivos convencionales, ello desmiente a los consorcios que aseguran que es una alternativa para enfrentar el hambre el mundo. El 90% de los cultivos con transgénicos se concentran en cinco países: Estados Unidos, Brasil, Argentina, India y Canadá. Como observamos no hay ninguna nación europea entre éstas. Ello recalca los objetivos que podría coronar Bayer con la adquisición de Monsanto.

Que nos depara el matrimonio agroquímico

Andrea Ferrante subraya que “es claro, que tenemos ahora un impacto muy grandes de los agroquímicos y los transgénicos a nivel mundial, se trata de más 110 millones de hectáreas de cultivos con semillas trangénicos. Si tienes las patentes de los herbicidas, del glifosato, de los transgénicos, esto va a aumentar la necesidad de hacer nuevas patentes y nuevas leyes en la agricultura para protegerse de las patentes de los agroquímicos. Es claro que ellos tienes un gran poder, con mayor capacidad para hacer lobby frente a los parlamentos, de la Unión Europea y en todo el mundo debido al poder económico sin precedentes”.

Extraemos un par de interesantes datos aportados por el documento de Vía Campesina: En Lucha contra Monsanto.

“Un rasgo clave de la lucha francesa contra los transgénicos ha sido su capacidad de generar conciencia sobre los peligros que entrañan los alimentos transgénicos. Algunos científicos alertaron al público sobre los riesgos para la salud, rompiendo filas con sus colegas que defendían el uso de los transgénicos en la agricultura. Estos científicos se expusieron por lo tanto a la desaprobación y a represalias en sus lugares de trabajo, lo que a su vez abrió las puertas a un debate nacional sobre la denuncia de irregularida des en Francia.

Los científicos también demostraron que el herbicida Roundup de Monsanto es sumamente tóxico, aunque en Francia se vendiera engañosamente como biodegradable e inofensivo para el medioambiente. En 2007, algunos grupos ecologistas presentaron una demanda judicial contra Monsanto, que derivó en que un tribunal francés condenara a la empresa por publicidad engañosa y fraude.

En 2009, la Corte Suprema de Francia confirmó esa sentencia anterior y falló que Monsanto había mentido acerca de la inocuidad del Roundup, su herbicida más vendido. La empresa tuvo que pagar una multa de 15.000 euros y se la conminó a dejar de hacer afirmaciones falsas sobre su producto Roundup”.

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