FMLN recuerda ofensiva que marcó inicio de la guerra por el cambio
La militancia del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) recuerda este martes el 36 aniversario de la ofensiva general que marcó el inicio de la guerra popular revolucionaria.
La guerrilla de izquierda tenía como objetivo esencial poner fin a las injusticias y represión en El Salvador, a las dictaduras militares, a la persecución política, a la pobreza, la falta de democracia y la exclusión, entre otros males.
El FMLN se propuso desde el punto de vista militar, generalizar la guerra a todo el país y pasar de las acciones puramente guerrilleras y dispersas, a las campañas militares articuladas en un plan único.
El Frente pasaría a operaciones con unidades militares mayores, con armas de guerra más importantes, incluyendo algunas piezas de artillería, y realizaría movimientos, en los que se combinara la guerra de guerrillas y modalidades de la regular.
La ofensiva tenía tres componentes: operaciones militares, insurrección del pueblo y la participación de militares que desde el ejército apostaban a un cambio en esta nación centroamericana.
El 10 de enero de 1981, a las 17:00 horas, iniciaron los ataques en las ciudades y municipios más importantes del país contra los cuarteles de la Guardia Nacional, la Policía Nacional y la Policía de Hacienda, cuerpos represivos que ya habían asesinado, junto a los escuadrones de la muerte, a más de miles de personas.
Hubo insurrecciones en barrios y colonias, pero no se extendieron al centro de las ciudades. La insuficiencia de recursos y preparación fueron algunas de las causas que impidieron alcanzar los objetivos de esta acción que, sin embargo, dotó de experiencia a los guerrilleros.
La ofensiva duró un par de semanas. Luego la guerrilla se retiró a las montañas donde comenzó a solidificar una fuerza militar que combatió los males heredados por las dictaduras en una guerra que puso en jaque al ejército.
El líder histórico del FMLN, Schafik Handal (1930-2006), al analizar esta acción pocos días después, señaló que ‘en este plan de iniciación’ el FMLN no podía proponerse todavía ‘el derrumbe inmediato de la dictadura.’
Destacó como logros ‘la experiencia de combate, en la dirección de unidades grandes, en el paso de una guerra de acciones guerrilleras dispersas a una guerra con un plan articulado en sentido nacional. Hemos pasado a dirigir en el combate a unidades mayores, a realizar operaciones que tienen cierta dosis de guerra regular.’
Además, añadió, "el enorme fortalecimiento numérico de nuestras fuerzas, puesto que en muchos lugares del país se pudo realizar, como resultado de esta ofensiva inicial, nuevos reclutamientos, nuevo crecimiento de nuestros efectivos".
También el FMLN consiguió nuevas áreas de retaguardia o bases de apoyo, aseguró Schafik, quien aglutinó en el FMLN cinco fuerzas político-militares que, con diferencias, tenían en común cambiar la realidad del país.
En tanto, el gobierno de Estados Unidos, encabezado entonces por Ronald Reagan, comenzó a intervenir en el conflicto salvadoreño y contra la revolución en Nicaragua con entrenamiento de militares y asesoría, armas, pertrechos, helicópteros, aviones y dinero.
Aun así, el 16 de enero de 1992, el ejército tuvo que dialogar con el FMLN para buscar una salida pacífica a la guerra, que concluyó con los Acuerdos de Paz, firmados en Chapultepec, México.