FMI dio consejos inadecuados de austeridad a países en crisis económica
De acuerdo con el informe, los aportes de los bancos centrales para estimular el crecimiento no consiguieron promover la recuperación y ocasionaron flujos volátiles de capitales en las economías emergentes
Una auditoría interna realizada en el Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que la institución recomendó de manera prematura a los países desarrollados realizar recortes tras la crisis financiera global de 2008, ignorando sus propias investigaciones, y que "la mezcla de recomendaciones no fue la adecuada".
El nuevo reporte de la Oficina de Evaluación Interna del organismo multilateral (IEO) criticó que se urgiera a naciones como Alemania, Estados Unidos y Japón a tomar medidas de austeridad en 2010 y 2011, antes de que sus economías se hubiesen recuperado de la crisis, indicó el portal BBC Mundo.
"La mezcla de recomendaciones no fue adecuada, ya que la expansión monetaria es relativamente ineficaz en impulsar la demanda privada tras una crisis financiera", indicó el reporte, que analizó la respuesta del FMI a la crisis financiera global, refirió EFE.
Además, el documento agrega que "los llamados a la consolidación fiscal se revelaron prematuros, a medida que la recuperación resultó ser modesta en la mayor parte de las economías avanzadas y de escasa duración en muchos países europeos".
De acuerdo con el informe, los aportes de los bancos centrales para estimular el crecimiento no consiguieron promover la recuperación y ocasionaron flujos volátiles de capitales en las economías emergentes.
El auditor interno criticó la generalidad de las recomendaciones y que no diseñaran las recetas en función de las circunstancias individuales de los Estados.
La directora del FMI, Christine Lagarde, rechazó las críticas y argumentó que las recomendaciones fueron correctas. Estimó que el análisis "no presta atención a elementos relevantes y al contexto de las gestiones de la institución en ese período".
Tras el estallido de la crisis en la zona euro en 2010, que arrojó programas de rescate financiero internacional a Grecia, Portugal e Irlanda, el Fondo instó a los países de la Unión Europea (UE) a reducir sus desequilibrios presupuestarios y apostar por la expansión monetaria.
Esta política de austeridad ha sido considerada por numerosos economistas como uno de los elementos que provocó que la crisis se prolongara más de lo esperado, con un crecimiento anémico que se mantiene hoy en gran parte de la zona euro.