Evo Morales ratificó solidaridad con Dilma Rousseff
El jefe de Estado boliviano alertó que los líderes progresistas de América Latina y el Caribe son víctimas de una agresión por sectores locales y foráneos de la derecha
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ratificó su solidaridad con su colega de Brasil, Dilma Rousseff; y con el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, antes los intentos golpistas en el gigante suramericano.
"Lamento mucho que instrumentos de las potencias capitalistas fabriquen provocaciones y ataquen económica, política y militarmente a los pueblos", expresó Morales durante el inicio de la construcción de una planta siderúrgica en el departamento de Santa Cruz (centro-sur).
Advirtió que las oligarquías de América Latina y el Caribe intentan retornar al poder por métodos violentos; por lo que destacó la lucha que emprenden las fuerzas progresistas para proteger a los pueblos.
"Ellos, junto a la administración de Estados Unidos, no quieren que los trabajadores gobiernen a los pueblos y debemos reflexionar muy bien lo que está sucediendo en Suramérica", comentó el dignatario andino.
Insistió en que "ños bolivianos ratificamos nuestro apoyo a Rousseff y Lula, ellos no están solos, estamos con ellos porque nosotros también nos vamos a liberar definitivamente".
Métodos no convencionales
Resaltó que la derecha latinoamericana aplica vías no convencionales para derrocar Gobiernos electos de forma democrática, como el de Rousseff en Brasil.
Hizo un llamado a los pueblos a recordar su historia para evitar una nueva era neoliberal en la región.
"No debemos olvidar el pasado neoliberal, caracterizado por el peor de los saqueos, de ahí que tenemos la obligación de defendernos a profundidad del sistema colonial e imperial, no vamos a claudicar nunca", expresó.
El Congreso y la derecha de Brasil pusieron en marcha un plan para difamar al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y desprestigiar los logros alcanzados en su gestión vinculándola en el caso de corrupción en Petrobras.
Por ahora, el Congreso evalúa destituirla y en caso de que la acusación contra Rousseff proceda, estiman separarla por 180 días de sus funciones mientras investigan.
El exmandataio Luiz Inácio Lula da Silva, por su parte, también es investigado por el caso. El 4 de marzo fue detenido de manera arbitraria por unos 200 efectivos de la Policía Federal de Brasil que allanaron su casa.