España: Líder socialista propone gran coalición progresista
Tras reunirse con el primer ministro portugués, Antonio Costa, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dijo que si Mariano Rajoy no logra su investidura, convocará a agrupaciones de diverso signo ideológico con el objetivo de forjar una alianza junto a los socialistas
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, propuso la formación de una gran coalición de fuerzas progresistas, si la derecha fracasa en su intento de formar Gobierno.
Tras reunirse con el primer ministro portugués, Antonio Costa, el secretario general del PSOE dijo que si Mariano Rajoy no logra su investidura, convocará a agrupaciones de diverso signo ideológico con el objetivo de forjar una alianza junto a los socialistas.
Sánchez reiteró que votará contra la continuidad del Partido Popular (PP), sea su candidato Rajoy o cualquier otro, y ratificó su rechazó a pactar un futuro Ejecutivo con el presidente del Gobierno saliente, como propusieron los conservadores.
"Si el PP no consigue constituir una mayoría parlamentaria asumiremos nuestra responsabilidad y tenderemos la mano a todas las fuerzas reformistas para liderar el cambio político que necesita España y que los ciudadanos expresaron con su voto en las urnas", insistió.
El dirigente remarcó que al igual que Portugal, su país necesita una transformación hacia un Gobierno fuerte, progresista y con capacidad de diálogo.
Afirmó que su intención es crear una gran coalición "tanto de izquierda como de derecha" porque, advirtió, la convocatoria de nuevas elecciones aplazaría el problema en lugar de solucionarlo.
Interrogado sobre si los partidos nacionalistas entrarían en esa negociación, se limitó a expresar que no se trata de una cuestión de siglas, sino de políticas.
A su juicio, lo importante ahora es unir todo lo roto por el PP durante estos últimos años, fracturas que, opinó, tienen que ver con las desigualdades económicas, de género o territoriales.
Las elecciones generales del pasado 20 de diciembre dejaron en España un resultado muy fragmentado, lo cual implicará la necesidad de amplios pactos entre varios partidos para forjar un gobierno estable.
El PP de Rajoy se impuso en esos comicios con 28 por ciento de respaldo, seis puntos más que el PSOE; pero ninguna de las dos fuerzas tradicionales suma de momento apoyos suficientes en el Parlamento.
En el poder desde 2011, los populares obtuvieron 123 escaños en el Congreso de los Diputados, lejos de los 176 que marcan la mayoría absoluta para garantizar la aprobación de importantes leyes en la Cámara baja.
Detrás quedaron los socialistas, con 90 asientos, y la agrupación emergente de centroizquierda Podemos, con 69 diputados, obligando a la derecha a negociar su permanencia o la abstención del PSOE para seguir conduciendo los destinos de esta nación ibérica.