Economía

Empresario venezolano que obtuvo dólares ilegalmente y los vendió en Venezuela

Desde una pequeña oficina de 43 metros cuadrados en la Torre Kyra, en Campo Alegre –una de las zonas más costosas de Caracas–, el empresario austríaco-venezolano Martin Lustgarten Acherman logró armar una sofisticada y casi blindada estructura de lavado de dinero que le permitió movilizar una fortuna de más de 100 millones de dólares de dudosa procedencia en bancos de paraísos fiscales y salir “ileso” de un proceso judicial en Estados Unidos, en 2015.

 

Los Panama Papers revelaron cómo con la asesoría y asistencia del connotado bufete Mossack Fonseca & Co, en Panamá, Lustgarten constituyó más de una docena de empresas offshore y fundaciones privadas (sin fines de lucro) entre 2003 y 2014, que más tarde fueron señaladas en Estados Unidos como fachada para movilizar por igual dinero de inversionistas, importadores, bonos de la deuda venezolana, corrupción cambiaria de Venezuela y hasta capitales de empresas vinculadas con narcotráfico y paramilitarismo colombiano.

 

Cuando la justicia de EEUU detuvo a Lustgarten en abril de 2015 estaban seguros de que tenían en sus manos un caso monumental de blanqueo de capitales. Pero los agentes que realizaban la investigación –abierta en una corte de Massachusett y procesada en una de Florida– no lograron obtener de los gobiernos de Hong Kong, Singapur, Panamá, Colombia y Suiza los estados financieros que probaban el origen ilícito de los fondos movilizados desde las cuentas del empresario. Los cargos en su contra fueron retirados y este recuperó su libertad en diciembre de 2015, en medio de cuestionamientos y suspicacias sobre los errores y desaciertos cometidos por los investigadores de Boston y el fiscal que llevó el caso.

 

Un año después, los Panama Papers revelan una serie de archivos y documentos del bufete Mossack Fonseca & Co –del que Martin Lustgarten era más que un cliente VIP– que dejan al descubierto estados de cuenta de las empresas de este experto en ingeniería financiera. Unos pocos reportes de su compañía Flametree Holdings Corp Limited, establecida en Hong Kong, bastaron para determinar que por sus arcas pasó dinero de importantes corporaciones textiles colombianas ligadas al narcotráfico, que terminó contaminando el sistema financiero estadounidense. Además de otros capitales sospechosos provenientes de casas de bolsa en México, así como empresas y ciudadanos venezolanos investigados por irregularidades cambiarias.

 

Flametree Holdings Corp Limited creada por Lustgarten en febrero de 2007, con un capital de 10.000 dólares estadounidenses, de inmediato comenzó a registrar grandes cantidades de depósitos, transferencias y retiros de montos que iban desde 2.000 hasta 500.000 dólares. En menos de un año la cuenta número 491-661492-838, abierta en el HSBC de Hong Kong, tenía un saldo de más de $ 3 millones, y para mediados de 2008 esta cifra superaba los $ 15 millones. Los balances financieros reportan créditos producto de la venta de oro y de la liquidación de bonos de la deuda pública venezolana, aunque el objetivo comercial de la compañía era “la compra de mercancía en Asia”, según se especifica en los archivos encontrados en los Panama Papers.

 

Entre sus depositantes frecuentes destacan Induitex LTDA, con sede en Cúcuta, y SBT S.A, registrada en Bogotá. Ambas son empresas textiles pertenecientes al grupo Guberek Grimberg, de una reputada familia colombiana de origen rumano y polaco, que cayó en desgracia en 2013, cuando una investigación relacionada con la caída de Interbolsa (la principal corredora de bolsa del mercado bursátil colombiano) en Colombia y Panamá, identificó que “los Guberek disfrazaron los movimientos ilegales de dinero con exportaciones e importaciones ficticias a Panamá y Venezuela”, explica una nota publicada en el diario El Tiempo de Colombia.

 

Al menos ocho miembros de esta familia Guberek Grimberg fueron incluidos en la lista Ofac (conocida como lista Clinton o lista negra del Departamento del Tesoro que señala personas vinculadas con dinero proveniente del narcotráfico) en 2013 por su presunta vinculación con organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en Colombia. “Isaac Guberek Ravinovicz y su hijo, Henry Guberek Grimberg, fueron procesados por lavado en la Corte del Distrito sur de la Florida. En Induitex también figura el empresario del fútbol Jorge Eduardo Tovar Zuleta, hoy en la Lista Clinton”, agrega la publicación de El Tiempo.

 

Desde las empresas de los Guberek se hicieron depósitos frecuentes a la cuenta de Flametree Holdings Corp Limited en HSBC, entre 2007 y 2008. Así lo reportan los balances enviados a Martin Lustgarten, que se encuentra entre los archivos de Mossack Fonseca que salieron a la luz pública en los Panama Papers. Aunque estas operaciones no fueron mencionadas en la investigación que se le siguió a la familia colombiana en 2013, el esquema de transacciones utilizado por ellos con Interbolsa es similar al empleado con la empresa del venezolano en Hong Kong.

 

Induitex LTDA. ofrecía también servicio de lavandería, prelavado y tintorería en la zona franca de Cúcuta. Pero más que ropa, varios medios colombianos ya advertían que se trataba más bien de una lavandería de dinero, que utilizaba el mercado cambiario de Venezuela con una fachada de venta de telas. No en vano, el diario El Tiempo destacó el flujo de caja que pasaba por ese punto de la frontera: “Aunque, por sus ventas, en 2008 la Dirección de Impuestos y Aduanas de Colombia la elevó a la categoría de grandes contribuyentes, en 2012 entró sorpresivamente en liquidación”.

 

Esta práctica coincide con los argumentos expuestos por el fiscal Joseph Palazzo, quien en abril de 2015 presentó cargos por lavado de dinero producto de la droga, obstrucción de la justicia y conspiración contra Martin Lustgarten Acherman –detenido unos días antes– ante una corte del Distrito Sur de Florida: “Él se aprovecha de una situación única en Venezuela”, publicó el sitio web Insight Crime, como parte de los señalamientos hechos por el funcionario del Gobierno de EEUU contra el investigado. Según la acusación presentada, “Lustgarten Acherman obtuvo dólares sucios de fuentes ilegales y luego los vendió a las empresas legítimas en Venezuela a un tipo de cambio más alto en el mercado negro”, dice el reportaje.

 

Para esta negociación –según los fiscales– el empresario utilizó su compañía financiera, “la cual ofrece préstamos de capital a las empresas que participan en el comercio internacional, para ocultar el origen del dinero de la droga”. Esa compañía financiera usada por Lustgarten pudo ser Flametree Holdings Corp con sede en Panamá, y dedicada al “financiamiento de importaciones”, según indican algunos documentos de la filtración. Ésta es una filial de la Flametree Holdings Corp Limited, la empresa de Hong Kong que recibía los depósitos y transferencias de origen dudoso.

 

En el proceso judicial que enfrentó, Lustgarten habría asegurado que el dinero que recibía en sus cuentas de Hong Kong y Singapur, y que luego trasladaba a su banco en Miami, era una compensación por los préstamos que había hecho a través de su compañía de financiación de importaciones.

 

El abogado Alejandro Rebolledo, experto en investigación de legitimación de capitales, indicó que las compañías de préstamos o financieras son uno de los mecanismos más comunes para el lavado de dinero y es una forma de disfrazar el dinero de la droga.

 

“Sobre la base de escuchas telefónicas y otras pruebas recogidas por las autoridades estadounidenses, el negocio de financiación de Acherman era en realidad una empresa fantasma que utilizada para el blanqueo de entre $40 millones y $100 millones de dólares en nombre de los carteles de la droga no especificados y ‘organizaciones paramilitares revolucionarios’ en Colombia”, dice el trabajo de Insight Crime.

 

Rebolledo explica que uno de los métodos utilizados para el blanqueo de dinero son las compañías de fachada. “Entidad legítimamente organizada que hace ver que participa en una actividad comercial legítima. Sin embargo, esta actividad comercial sirve inicialmente como máscara para el lavado de fondos ilegítimos. La compañía fachada puede ser una empresa  legalmente constituida que mezcla los fondos ilícitos con sus propias rentas. Puede ser también una compañía que actúa como testaferro formada expresamente para lavar dinero. Puede estar ubicada físicamente en una oficina o puede tener únicamente un frente comercial, con una dirección y apartado postal. Sin presencia física. Sin embargo, toda la renta producida por el negocio realmente proviene de una actividad criminal”.

 

En algunos casos el negocio está establecido en otro país “para hacer más difícil el rastreo de las conexiones con el lavado de dinero”, dice Rebolledo y agrega: “Un empresario no puede permitir que a través de su compañía se pase dinero, o prestarla para que se puedan transferir cantidades de dinero, a sabiendas de que son de actividades ilícitas. Depósitos y transferencias, que contaminan a su empresa, contaminan al banco y contaminan al sistema financiero. Y si son dólares americanos son una amenaza al sistema de EEUU”.

 

Además de las empresas textiles colombianas, en los estados de cuenta de Flametree en Hong Kong aparecen depósitos frecuentes de: Casa de Cambio Plus (México), 9.21 Casa de Bolsa, Cavicorp Corporación C.A., Supply 26 Limited, Ceres, Desarrolladores Financieros Piedra Azul, Computadoras Magnabyte C.A., J.J. Courier Services (Miami), Maritza Obadía de Pariente (venezolana de 93 años de edad), Elsy Coromoto Manzanares Feliche (venezolana), Luis Enrique José Ramírez Cubillán (venezolano) y Efraín Cohen (venezolano y único accionista de la empresa Alimentos Continentales Daimar).

 

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(panamapapersvenezuela.com)

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