Embajada venezolana realizó homenaje al 4F en Polonia
El embajador Luis Gómez Urdaneta, con motivo de los actos del Día de la Dignidad Nacional, depositó una ofrenda floral en la escuela Simón Bolívar en Polonia.
Por la tradición de resistencia al invasor y siguiendo la consigna “Unidad, lucha, batalla y victoria”, la escuela Simón Bolívar fue escogida por la embajada de Venezuela para rendir honores al comandante Hugo Chávez y al Movimiento del 4F para celebrar el Día de la Dignidad Nacional.
Goméz Urdaneta dió unas palabras de reconocimiento al director de la escuela, Dariusz Szafranek, al momento de resaltar el hilo vinculante que existe entre la vida de Simón Bolívar, su gesta, y su gloria con el actual proceso político que vive Venezuela, iniciado el 4 de febrero de 1992, como legado vigente de aquel caraqueño universal en sus luchas por la libertad y la justicia social.
También precisó que en la etapa de relanzamiento de las relaciones entre Polonia y Venezuela se debe avanzar hacia proyectos mancomunados que fortalezcan nuestros vínculos; por tal motivo, se comprometió a sugerir en pocos días, una agenda conjunta que permita que la ciudad de Milejow y el Liceo Simón Bolívar se convierta en plataforma de irradiación de la cultura venezolana con múltiples actividades en el plano turístico, académico y cultural.
Historia
El Liceo Simón Bolívar, ubicada en la localidad polaca de Milejow, es un conjunto educativo que ostenta una gloriosa historia de lucha contra el fascismo. Fue fundada durante la Segunda Guerra Mundial por la Organización Clandestina de Docencia como un centro de educación para oponerse a la ideología nazi en la Polonia ocupada. En Milejów se impartieron cursos de nivel secundario y universitario coordinados por Natalia Nekraszowa. En homenaje a esa lucha, en 1971 el gobierno venezolano apoya que el liceo de Milejów llevara el nombre del Padre de la Patria, Simón Bolívar.
Durante la ocupación nazi se prohibieron las actividades docentes y se clausuraron las universidades, escuelas técnicas y secundarias. Solo se permitía enseñar estrictamente el mínimo necesario en la primaria: lectura, escritura y operaciones matemáticas básicas. Como respuesta, la resistencia polaca organizó escuelas clandestinas en las que se enseñaba geografía, historia y literatura.
