Elecciones en Portugal avanzan con marcada abstención
Casi 10 millones de ciudadanos están convocados para escoger al próximo presidente, entre 10 candidatos.
Los centros electorales abrieron a las 08H00 hora local y tienen previsto cerrar a las 19H00 hora local, momento a partir del cual comienza el conteo de votos.
Se estima que la participación pasadas las horas de mediodía era poco mayor al 15 por ciento.
La campaña para la elección presidencial de Portugal cerró el viernes en la noche y los últimos sondeos favorecían al ex presidente del Partido Socialdemócrata portugués (PSD, centro-derecha) Marcelo Rebelo de Sousa como ganador.
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En noviembre pasado, tras la elección parlamentaria los partidos de izquierda de Portugal lograron un acuerdo para formar un Gobierno poniendo así fin al Estado conservador de Pedro Passos Coelho.
Ahora los casi 10 diez millones de electores habilitados a votar este domingo deberán escoger entre los diez candidatos para sustituir al actual mandatario Aníbal Cavaco Silva.
EL DATO: En las pasadas elecciones parlamentarias del 4 de octubre de 2015, la abstención llegó al 43 por ciento, siendo la mayor en 40 años de historia.
EN CONTEXTO
El pueblo lusitano teme que su nación atraviese un escenario de austeridad parecido al de Grecia con la UE, viendo en este ejemplo un espejo de su propia situación económica actual.
Las elecciones presidenciales tienen especial relevancia en Portugal, debido a que el jefe del Estado tiene competencias para vetar leyes, convocar elecciones y hasta disolver el Parlamento.
La figura presidencial en Portugal desempeña un papel clave, tanto en el engranaje político como en el plano institucional (es la máxima autoridad del Estado y el comandante Supremo de las Fuerzas Armadas). No tiene el poder legislativo ni ejecutivo, porque este corresponde al Parlamento y al Gobierno.
Portugal es una nación golpeada por el desempleo y los recortes sociales, luego de que pidiera un “rescate” de 78 millones a la troika para evitar el default. Desde entonces se pusieron en marcha una serie de “ajustes”, fuertes subidas de impuestos, la eliminación de pagos extras a funcionarios y pensionados, así como la disminución de los salarios
