Ejecutivo planifica desarrollo con optimización de recursos en áreas priorizadas (+Audio)
La disminución en la renta petrolera -desde hace meses en sus niveles más bajos-, llevó al Ejecutivo venezolano a planificar el desarrollo del país hacia 2030 desde la optimización en uso de recursos y los mecanismos de seguimiento a inversiones.
Ricardo Menéndez, vicepresidente de Planificación y Conocimiento, acotó que la proyección del Gobierno Nacional prioriza inversiones en áreas puntuales que dinamicen el crecimiento poblacional con oferta de empleo, dotación de servicios básicos, entre otros aspectos.
“La dificultad que se asoma a la disminución de la renta de la renta petrolera y a la guerra económica, nos lleva a optimizar el uso de los recursos y los mecanismos de eficiencia, seguimiento y gestión de cada uno de los trabajos (…) Máximo nivel de eficiencia con menos recursos, para conseguir los recursos (sic) en función de las necesidades de nuestro país”, sostuvo.
En rueda de prensa sobre el Comité Urbano Regional, donde presentó el Plan de Desarrollo del Oriente que integran el INE y el IGN, acotó que las tasas de crecimiento poblacional consideradas en la planificación por zonas del país, contemplan datos nacionales y los proyectos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).
Sobre el Oriente, explicó que planifican con base al aumento demográfico 4.550.388 habitantes para 2020; 4.872.851 para 2025 y 5.158.494 para 2030.
“Dentro del pan de desarrollo hemos proyectado el consumo de energía eléctrica y agua, de 24% en cada uno de los servicios. Asimismo, con el plan de trasporte y los requerimientos formativos ajustados al crecimiento”, acotó.
En ese orden, señaló que para 2030 habrá 1.641.034 empleos, distribuidos en los distintos pesos de la actividad. “Eso nos permite saber cuáles son las plazas que hay que abrir y las áreas profesionales que hay que estimular”, explicó.
En lo particular, se potenciarán especializaciones en construcción; hidrocarburos, minas y canteras; servicios inmobiliarios; agricultura, psicicultura y pesca; así como electricidad, gas y enseñanza.
Esto en virtud del efecto de arrastre de la actividad petrolera y pesquera.
