Opinión

Durmiendo con el enemigo

Resulta que esa es una piedra de tranca para cualquier esfuerzo por hacer la transición hacia el Socialismo del Siglo XXI

¿Sabe alguien qué es el Departamento de Recursos Inhumanos? ¿Alguna vez nos hemos enfrentado contra ese monstruo que ahora denominan, por pura reingeniería idiomática, la Gerencia de Talento Humano?

Resulta que esa es una piedra de tranca para cualquier esfuerzo por hacer la transición hacia el Socialismo del Siglo XXI.

Además de la mayoría de los abogados, docentes y comunicadores, son los administradores y contadores, el ejército mejor formado para mantener al sistema capitalista neoliberal vivito y coleando.

Según las estadísticas proporcionadas en su página web, el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria señala que la carrera de mayor demanda en el país es la de Medicina, pero eso sucede porque segmenta las artes de la administración empresarial en dos toletes, Administración y Contaduría. Entre ambas suman 39 mil solicitudes, once mil más que en medicina. Y, para que podamos entender el impacto, en esta área se dictan 72 carreras o especializaciones a nivel nacional.

La siguiente interrogante es: ¿cuál es el contenido formativo de estas profesiones? La respuesta es simple: según el Libro de Oportunidades de Estudios promovido por la Oficina de Planificación del Sector Universitario, OPSU, en el campo del manejo de personal que es la materia prima para generar riqueza, lo que se quiere es que el profesional “se ocupe de las labores propias de un departamento de relaciones industriales en lo relativo a administración de personal, contratación colectiva, seguro social, higiene y seguridad industrial, programas de reclutamiento, selección y capacitación, tanto a nivel de asistencia como coordinación y ejecución de programas”.

En síntesis, se les forma para sacarle el jugo a cada persona, se les entrena para entender que un trabajador es una pieza dentro de la maquinaria de producción y, si tiene algún problema, simplemente se le extrae, se deshecha y se sustituye por una nueva.

Aquella máxima que varias veces evocó el presidente Chávez, recordando a Mao Tse Tung, “Cada quien según su capacidad, y a cada quién de acuerdo a su necesidad” no se enseña en ninguna universidad, porque es la antítesis del sistema de producción donde lo que se produce es más importante que quien lo produce.

Y el mejor ejemplo es lo que está sucediendo, en estos momentos, en muchos entes públicos: la gerencia de recursos humanos, la dirección de talento humano, o como llamen a quien lleva el control del personal, ni se ha molestado en ingeniárselas para seguirle el paso a los decretos del presidente Maduro.

El hombre se ve solitario. En diciembre decretó un aumento de los tickets de alimentación, antes había eliminado la tercerización y finalmente hasta aumentó el sueldo mínimo. Pero las administraciones siguen tratando de ahorrar, de reducir costos, de evitar erogaciones, así sea lo legal.

Por otra parte, también se debe tomar en cuenta que muchos de los administradores, por haber sido formados para mantener el sistema, tienen hasta en los huesos grabado que todo lo que se oponga a ello debe ser boicoteado, detenido, bloqueado.

Un administrador chavista, socialista, piensa primero en el ser humano, en sus necesidades, en sus urgencias. Por lo tanto no sabotea, ni por acción ni por omisión.

En un momento en que se ha arreciado el ataque, en que los precios se han disparado porque al Poder internacional le urge una megacrisis ya que se le está acabando el tiempo y necesita reventarnos por nuestro peor miedo: la inseguridad alimenticia, instinto básico del ser humano, los departamentos de recursos humanos están aportando su grano de arena.

Cuando hay operativos, el boicot surge de allí. Incluso cuando llega un nuevo gerente, un ministro, un presidente de institución, el convencimiento de que atender con justicia al personal es contraproducente sale de allí. Cuando un empleado es tratado con injusticia y va al Ministerio del Trabajo, es esa fuerza misteriosa la que negocia con los abogados para reventar al trabajador. Se niegan a pasar a todo el mundo a la nómina fija, y continúan haciendo contratos y negándole derechos a la gente.

17 años después de comenzar una lucha por lograr una Revolución, todavía no hemos cambiado la formación estructural de los administradores, y por ello seguimos durmiendo con el enemigo.

 

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