Cómo un diario de Cúcuta difunde a su antojo la devaluación ficticia del bolívar

¿Sabía usted que en Colombia circulan billetes con el valor de 100 mil pesos?, pues se trata de un indicador que demuestra cuán devaluada está la moneda de esa país y cuán absurdo es el tipo de cambio que se ha establecido para desvalorizar al bolívar venezolano en las zonas fronterizas de la hermana nación.

 

Ya es conocido, que los indicadores oficiales que muestra el Banco de la República reflejan un tipo de cambio absolutamente distinto al que usan en las casa de cambio de Cúcuta. Justo ayer, esta entidad, equivalente al Banco Central de Venezuela (BCV) informaba que un dólar en ese país costaba 3002,82 pesos. Si leyó bien. Además precisa que se necesitan 4,47 pesos para adquirir un bolívar. 

 

Luego de conocer la información del Banco de la República de Colombia ¿le parece usted lógico que en la frontera “fijen” una tasa de cambio de 1,05 pesos por bolívar?. Pues ese es el cambio que refleja el diario cucuteño La Opinión para el día de ayer. El tipo de cambio de la guerra económica.

 

Desde hace meses, el diario La Opinión ha dejado de informar sobre el tipo de cambio oficial y verdadero entre el peso y el bolívar, como si Bogotá (donde se ubica el Banco de la República) perteneciera a un país distinto al que pertenece Cúcuta. Ellos informan sobre el cambio especulativo y de guerra económica que pretende quebrar artificialmente y a la fuerza al bolívar, sin ningún basamento económico.

 

La Opinión no se queda sólo con la información manipulada del tipo de cambio. Su política informativa está destinada a descalificar la economía venezolana y justificar el desfalco. Es así como colocan ayer una nota cuyo sumario es “cibernautas la emprenden contra Maduro”, refiriéndose a la medida sobre los billetes de cien bolívares. Obviamente el 98% de los mensajes “escogidos” eran descalificaciones e insultos no sólo contra el Jefe de Estado venezolano sino también contra los venezolanos en su conjunto.

 

La Resolución número 8

 

En el año 2000, el gobierno del ex-presidente colombiano Andrés Pastrana aprobó una resolución que permite a las casa de cambio en la ciudad de Cúcuta fijar a su antojo el tipo de cambio entre bolívares y pesos, al margen de las cotizaciones que estableciera el Banco de la República. La medida en principio, permitía el abaratamiento de los productos venezolanos que entraban a Colombia, que podían ser adquiridos a precios más bajos y peor aún bajo el fomento del contrabando. Ahora la medida ha mutado en una estrategia para atacar estructuralmente la economía venezolana, para el enriquecimiento de mafias.