Bloqueo contra Siria hasta en redes sociales
Tras el reciente asesinato del general iraní Qassem Soelimani y otras siete persones cerca del aeropuerto de Bagdad, múltiples cuentas personales en la red social en Siria condenaron el hecho y expresaron solidaridad en contra de esa acción de Estados Unidos.
Casi de inmediato, Facebook o YouTube, en lo fundamental, bloquearon esos mensajes porque no ‘cumplían las normas establecidas’ por ellos mientras destacan con amplitud las ‘justificaciones’ del presidente estadounidense Donald Trump o del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien calificó el hecho de ‘firme actitud en defensa propia.’
Al mismo tiempo los grandes medios de difusión occidentales y en la región del Oriente Medio, obvian detallar que en el ataque contra los dirigentes iraníes e iraquíes, se empleó el dron MQ-9 Reaper, con capacidad para transportar entre dos y cuatro misiles durante 14 horas a más de 300 kilómetros por hora.
El ataque dirigido a través sofisticadas computadoras desde bases militares estadounidenses en la región, aún no identificadas pero que rodean a esta nación del Levante y están establecidas en Iraq, Turquía, Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Bahréin.
Los hechos, denunciados en medios como Sputnik, Al Masdar, la agencia siria SANA o Russia Today, son difundidos en todo el territorio sirio y por medios sociales que condenan las acciones agresivas de Estados Unidos y la agudización a extremos imprevisibles de la situación en esta región del mundo.
Bloquear esas denuncias desde Internet y otros centros de difusión informáticos equivale a continuar la distorsión de la realidad en el terreno, a satanizar al Gobierno sirio y manipular las redes en defensa a ultranza de intereses geopolíticos, de injerencia en los asuntos de cada nación y para mantener las opiniones de un solo lado.
Expertos estadounidenses desde Silicon Valley, considerado el mayor centro de tecnología avanzada del mundo, y al menos en los últimos 10 años, señalan que es la sede de Facebook y Google y de la empresa de Israel Carbyne, especializada en espionaje cibernético para vigilar ilegalmente a los gobiernos, instituciones y civiles que utilizan Facebook u cualquier otro medio similar.
Vale señalar que dicha compañía trabaja directamente con la denominada Unidad 8200, de la inteligencia del régimen sionista y que tiene como presidente al exprimer ministro del régimen sionista Ehud Barak, también en su época jefe del Mossad, la agencia de inteligencia del Tel Aviv
Estos datos, avalados como tarea primordial por Netanyahu, incluyen además como un activo asociado a Peter Thiel, ejecutivo en Silicon Valley y patrocinador de las campañas electorales de Donald Trump y muestran que la cadena dirigida hacia asesinatos selectivos en Siria, Iraq o Irán, está en plena acción en aras de utilizar la alta tecnología en función de ‘guerras indirectas’ altamente sofisticadas. Diversas fuentes indican además que las soluciones tecnológicas adoptadas pro el gobierno de Trump, muy ligadas a Israel, están configuradas para utilizar una base de datos desarrollada por primera vez a nivel universal para señalar a ‘disidentes’, aumentar la vigilancia y la detección de las llamadas emergencias nacionales.
Todo indica que con esos métodos para Estados Unidos y sobre todo para sus principales aliados, nada está oculto bajo el sol y el asesinato de Soleimani y quienes le acompañaban forma parte de un extenso plan de acción que eliminó figuras relevantes de la ciencia y la técnica en Siria, Irán e Iraq.
Al mismo tiempo, desbroza el camino hacia la destrucción de varios estados, casos como Libia, Afganistán, Somalia, Yemen o el propio Iraq.
Pero el objetivo principal sigue siendo Siria y la firmeza de resistir esos embates que ahora se aplican con mayor intensidad incluso en las redes sociales que pretenden contrarrestar el efecto mediático manipulador. De igual forma, escamotea hasta límites increíbles pero ciertos, el papel jugado solidario y bajo acuerdos legales, por el general iraní jefe de las Fuerzas Quds, en las derrotas de organizaciones terroristas como el Estado Islámico, Daesh en Siria e Iraq, tal y como reconoció recientemente el presidente sirio, Bashar Al Assad.