Opinión

Barridos por las encuestas

Nadie niega la importancia que tiene el mecanismo de la encuesta, de tanta utilidad para las ciencias sociales y humanas, entre ellas la psicología y la comunicación

Nadie niega la importancia que tiene el mecanismo de la encuesta, de tanta utilidad para las ciencias sociales y humanas, entre ellas la psicología y la comunicación. Para la ciencia política, ese instrumento de medición es fundamental, ya que permite sopesar tendencias e inclinaciones en diferentes coyunturas. Ya se ha dicho que la encuesta puede asumirse como un método fotográfico de un instante dado.

El resultado de ese momento en concreto no permanece congelado en el tiempo y no debemos asumir que una tendencia llegará a ser real con 60 o 90 días de diferencia. Al aplicar la encuesta a procesos eleccionarios, muchos han sido los errores y, en otros casos, el éxito ha acompañado las predicciones. No hay nada más maleable que los grupos sociales, influidos por emociones, pareceres, sentimientos. A veces aflora más lo emocional que lo racional.

Desde la época de Richard Nixon y del estudio de Joe McGinnis, Cómo se vende un presidente, ha pasado mucho tiempo. Asesores, propaganda negra, difamaciones, falacias: todos estos elementos -y muchos más- se conjuran cuando la confrontación política aparece mediada por procesos eleccionarios. Allí, uno de los contendores jura que su adversario no solo está derrotado, sino también aniquilado por los tiempos venideros.

En 1998, cuando resultó ganador el presidente Chávez, nadie daba un duro por él (de las llamadas fuerzas vivas y tampoco las encuestas), era un perdedor. Sabemos todos lo qué pasó y cómo las encuestas fueron derrotadas, con todas sus tendencias propagandísticas. En procesos sucesivos, los asesores que ha buscado la oposición y que se han lucrado de lo lindo siempre han sostenido la debacle para el chavismo.

Para las parlamentarias del 6-D, la oposición afirma que el chavismo está muerto y con él todo lo que significa el proceso revolucionario. En su afiebrada imaginación, ya, el 7-D, la IV República estará rediviva, con un TSJ, un CNE, la Defensoría, el Ministerio Público y la Contraloría, en fin todos los poderes públicos, en manos opositoras. Así, por arte de magia. Como corolario, la estatua de Colón estará de nuevo en el paseo. Todo ello producto de las encuestas: ¡al fin, el chavismo barrido, desapareció! Despiértense, les habla el presidente Nicolás Maduro.

Asalia Venegas
Profesora de la UCV

/N.A

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