Internacionales
Atentados del 11-S ¿Estará implicado Israel?
Israel podría ser blanco de una ley que abre la puerta para demandar a otras partes por su presunto papel en los atentados del 11-S.
Es la opinión de Philip Giraldi, analista político estadounidense, que en un artículo publicado la semana pasada indicó que la presunta implicación del régimen israelí en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York (EE.UU.) nunca ha sido investigada de manera seria y profunda.
Según el analista, en 2001 Israel estaba desarrollando una operación de espionaje masivo contra los musulmanes en EE.UU., esta contaba con un gran número de jóvenes voluntarios que tenían que viajar alrededor del país vendiendo diversos productos en centros comerciales y mercados.
¿Tenía Israel conocimiento, ya fuese a grandes rasgos o en detalle específico sobre el 11-S?, ¿habría dejado que los atentados se produjeran para vincularse de manera más estrecha a Washington en una ‘guerra global contra el terrorismo’?”, se pregunta el analista político Philip Giraldi.
En el día de los ataques y cuando los edificios del World Trade Center se desmoronaban, testigos presenciales aseguraron que tres jóvenes estaban arrodillados en el techo de una furgoneta y se filmaban celebrando y riendo delante de la escena catastrófica.
Hace 15 años, el 11 de setiembre del 2001, tuvieron lugar los mayores atentados terroristas en el Continente Americano.
Posteriormente, la policía detuvo a estos individuos, todos israelíes, y les acusó de espionaje. Tal y como se descubrió, había explosivos en la furgoneta. “Hay que reconocer que Israel tenía los medios, la capacidad y el acceso requeridos para derribar las Torres Gemelas usando explosiones controladas”, estima Philip Giraldi.
Giraldi concluye su artículo pidiendo una investigación independiente sobre la huella israelí en los atentados, pues, argumenta, la pesquisa inicial estuvo manejada por responsables con interés en el estamento político y “en relaciones exteriores y servicios de inteligencia”.
A finales de septiembre, la ley contra los patrocinadores del terrorismo (JASTA, en inglés) entró en vigor y abrió la puerta a los familiares de las víctimas del 11-S para que interpongan demandas contra el régimen saudí por su presunto apoyo a los terroristas que cometieron los ataques en 2001.