Odio de clase fomentado por dirigencia opositora es un hecho criminal sin precedentes
Explicó la diferencia entre lucha de clase y odio de clase. “La lucha de clase es permanente; es la lucha de los trabajadores por sus derechos, la lucha de los campesinos contra los latifundistas, la lucha de clase tiene un contenido político que en determinado momento de la historia adquirió fases armadas”
El odio de clase promovido por la dirigencia opositora a través de sus equipos de pensadores y la estrategia publicitaria que divulga, constituye uno de los hechos más criminales que haya conocido la historia venezolana.
Así lo aseguró este miércoles el ministro del Poder Popular para la Educación, Elías Jaua Milano, durante la transmisión de su programa Encuentro Popular que modera por el Sistema Radio Mundial.
Explicó la diferencia entre lucha de clase y odio de clase. “La lucha de clase es permanente; es la lucha de los trabajadores por sus derechos, la lucha de los campesinos contra los latifundistas. La lucha de clase tiene un contenido político que en determinado momento de la historia adquirió fases armadas”, detalló.
Precisó que la lucha de clase no es expresión de desprecio al otro, a la otra, eso es odio de clase. Igualmente indicó que "promover el odio contra otros por su ideología política, por el sitio donde vive, por su rostro social y por el color de piel es de una gravedad sin precedentes en la historia del país”.
Jaua en ese contexto consideró que el que pretenda llegar al poder debe trazar una línea política de acción, debe contar con un programa para convencer a las grandes mayorías y no llevar al país a la destrucción, al caos, a la violencia, a la muerte entre hermanos, al odio social, al odio de clase.
El también dirigente del PSUV, citó el Informe Especial para la Asamblea Extraordinaria del Movimiento Bolivariano 200 del 19 de abril de 1997, presentado por el comandante Chávez, donde precisa el análisis a las tácticas fallidas por la vía de la insurrección y de la propuesta reivindicativa infinita sin objetivo claro para la toma del poder.
Precisó que Chávez concluyó (en el informe), la necesidad de desechar el componente defensivo planteado en el 95 y concentrarse en el lanzamiento de la ofensiva táctica masiva montada sobre la estrategia electoral del 98 a fin de darle a la agitación y movilización popular el carácter de un poderoso acelerador estratégico para producir un desencadenante histórico que lleve a la muerte de lo viejo y la génesis de lo nuevo.
