Opinión

Coletazos de la Carta

Hace una semana, la oposición creía tener el juego en sus manos

Hace una semana, la oposición creía tener el juego en sus manos. Habían adulado tanto a Almagro que creían que su trastocado informe de 140 páginas sobre el país, contentivo de falacias, compartidas solo por los más desquiciados, arrastraría los votos necesarios para aprobar lo anhelado por la directiva de la AN: la aplicación de la Carta Interamericana y así satisfacer el capricho de Ramos Allup.

Este diputado no solo puso un plazo de seis meses para despedir a Maduro (ahora lo niega); está tan fuera de la realidad que cree que es el jefe del Ejecutivo y pretende actuar como tal. También solicitó un derecho de palabra ante ese organismo. Derrotado el intento injerencista de la OEA, HRA sostiene su solicitud. Si no se lo dan, “se parará frente a la puerta del organismo y gritará sus denuncias al mundo” (?).

Hay un grupo de parlamentarios de la MUD desplegados en el exterior haciendo un tristísimo papel, solicitando la intervención de nuestro país. No explican cómo sufragan tan costosas travesías. Están tan trastocados y sueltan tanta vergüenza, que dicen: “Venezuela es el país más violento del mundo y el único en el continente donde se violan los derechos humanos”. Florido dixit. Amnesia con los Estados Unidos (Guantánamo, Irak -Abu Ghraib-, Libia, Siria), con CoDespués del histórico triunfo de Venezuela en la OEA cuando se aprobó un documento reconociendo la legitimidad de nuestro gobierno y su soberanía, se apoyó el diálogo propuesto por Unasur con la oposición venezolana. Se desataron los demonios en los cipayos. Este hecho responde a la política soberana e integracionista del legado de Hugo Chávez, defendida con hidalguía por nuestros representantes en la OEA y por la Cancillería.

Un histérico Ramos Allup, otrora pana de Macri, lo defenestró y lo calificó de “microbio” por la postura que sostuvo a través de su canciller, Susana Malcorra. HRA fue presa de la ira y dijo: “Argentina entibió su posición; al menos Cristina no era hipócrita; Macri debió ser consecuente después de sus declaraciones sobre Venezuela”. Los ofuscados ultra radicales e injerencistas opositores, recibieron una ejemplar lección. Venezuela no está sola. La diplomacia no funciona visceralmente. A ver si aprenden.

Profesora de la UCV

/N.A

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