Argentina: Macri disfraza con el «cambio» planes neoliberales
A menos de dos semanas del balotaje que enfrentará a Macri con el ganador de la primera vuelta presidencial, Daniel Scioli, los consejos de Durán Barba marcan una campaña tan "verdadera" como el PRO (el partido de Macri)
"¿Qué es el PRO? Un partido que no tenemos, decimos que lo tenemos, pero es mentira". Las palabras son de José Durán Barba, principal asesor del candidato de derecha a las presidenciales en Argentina, Mauricio Macri. En una entrevista a mediados de este año, el consejero del actual Jefe de Gobierno de Buenos Aires le dijo al periodista Franco Lindner que lo que sí tenían era "un posicionamiento de imagen". La supuesta imagen del cambio.
A menos de dos semanas del balotaje que enfrentará a Macri con el ganador de la primera vuelta presidencial, Daniel Scioli, los consejos de Durán Barba marcan una campaña tan "verdadera" como el PRO (el partido de Macri): sin propuestas concretas, con un mensaje "potable" y aparentemente desideologizado, que ha optado como parte de la estrategia electoral no atacar directamente al gobierno de la mandataria Cristina Fernández de Kirchner.
"Eso sería entrar a un terreno pantanoso, a Cristina no la podemos atacar nunca", confesó Durán Barba en esa misma entrevista, donde se definió como "un provocador" y celebró haber dicho que el PRO "es el único partido de izquierda del país": "Eso lo dije para que se volvieran locos". Pero la verdad es que los planes, tímidamente asomados por el macrismo, están escritos con la diestra.
El miércoles, una nota publicada en la agencia Paco Urondo, detalla que en las últimas semanas los equipos técnicos de Macri se han acercado a la Administarción Nacional de Seguridad Social (Anses) para hacer un contacto "informal" con los rangos medios del ente público. Los equipos técnicos están comandandos por figuras de la más pura casta neoliberal como Carlos Malconian, Miguel Braun, Edgardo Sensón y Francisco Cabrera.
Durante el kirchnerismo, el Anses ha sido la nave insignia en materia de política de inclusión social con programas como la Asignación Universal por Hijo (AUH), planes de ayuda educativa, créditos a los sectores más vulnerables y vivienda para la población necesitada. Sin embargo, el cuerpo de asesores de Macri ha sugerido "políticas de reducción de déficit" y "contención del gasto público" en esa institución. Es decir: recortes a la inversión social, que en la actualidad representa casi 50% del presupuesto nacional.
Hace meses, por ejemplo, Malconian aseguró que el "déficit argentino" se debía al otorgamiento de 3,5 millones de jubilaciones a "gente que nunca pagó", refiere la nota de la citada agencia. Entre otras medidas contempladas por los gurús neoliberales está subir la edad de jubilación de 60 a 65 años para las mujeres y de 65 a 70 años para los hombres.
Sin embargo, las gestiones han sido privadas y casi subrepticias desde que el macrismo optara por esconder a los economistas vinculados a su proyecto para evitar "empañar" la campaña, aquella que es vendida como "la revolución de la alegría". Todo por consejo de Durán Barba, naturalmente.
Si bien el asesor de campaña ha dado la orden de no atacar directamente a Cristina Fernández, los políticos vinculados al PRO no pueden ocultar las posiciones que han mantenido a los largo del gobierno kirchnerista. En 2012, los legisladores de esa fórmula política votaron en contra de la nacionalización del 51% de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
La postura no sorprende. La fórmula del PRO/Cambiemos está minada de lobbistas como Federico Sturzenegger, quien fue economista jefe de la YPF privada entre 1995 y 1998, o Juan José Aranguren, a quien Macri ha prometido el Ministerio de Energía de ganar las elecciones el 22 de noviembre.
Aranguren, neoliberal a carta cabal, está al frente de la empresa anglo holandesa Shell y enfrentó abiertamente a la gestión presidencial de Néstor Kirchner por su política de control de precios. "Aranguren también está involucrado en los intentos de golpe de mercado y de devaluación del año 2014", agrega la nota del portal argentino.
El macrismo también ha dicho que abogará por "levantar las restricciones al movimiento de capitales", o lo que es lo mismo, suprimir los mecanismos de control del Banco Central y liberar el dólar, política que condujo a la severa crisis económica que hundió la economía argentina antes de la llegada de Néstor Kirchner.
"La demanda por divisas ha estado controlada todo este tiempo y si se las deja libres en un día y no hay cómo controlar ni administrar cualquier salto importante, la tasa de cambio queda no determinada en el sistema, lo que significa en palabras claras que se puede ir a cualquier cosa", advirtió el miércoles el economista Mario Blejer en declaraciones a Radio Nacional, citadas por el portal Página12.
Una liberación del tipo de cambio, señaló Blejer, "es muy negativo para la Argentina: los socios comerciales importantes, Brasil, China, están con problemas serios y el precio de la soja ha caído".
Las consecuencias de un eventual triunfo de Macri no sólo ponen en peligro la seguridad social de los argentinos, la soberanía sobre sus recursos o la estabilidad financiera, sino también el relacionamiento internacional, tal como lo señala el politólogo Atilio Borón.
Para Borón el impacto internacional "sería terriblemente preocupante para el futuro de nuestro pueblo", en vista de que el candidato de derecha ha dejado claro que su apuesta está en la Alianza del Pacífico "con todo lo que ello significa, el nuevo nombre del Alca", dijo a la Agencia de Noticias Paco Urondo.
"En segundo lugar se acabaría el Mercosur (…) También significaría el fin de la Unasur", consideró Borón.
Sin embargo, esta vez hay una diferencia en el discurso de la derecha, cada vez más maquillada de "centro". El economista Alfredo Serrano la advierte en su artículo Apuntes para el laberinto argentino: En la propuesta de Macri "no hay un retorno estricto al discurso del ajuste neoliberal con la promesa futura de bienestar (…) Su apuesta es por un discurso ecléctico basado en una aparente des-ideologización, a la vez que busca ampliar su espectro de votantes a sectores del peronismo, sin los cuales resulta difícil alcanzar una mayoría electoral en Argentina".
El mago de esa estrategia es Durán Barba, un especialista en campaña sucia que ya tiene en su lista de asesorados a figuras de la derecha internacional como Vicente Fox, Felipe Calderón o Jamil Mahuad. El ecuatoriano ha puesto a Macri a bailar, a sonreír, a leer a Kundera y a Vargas Llosa, a inaugurar un busto de Perón, a cortarse el bigote y a corregir su acento "paqueto" (sifrino) con el propósito de acercarlo a la silla presidencial.
Al igual que los asesores económicos de Macri, Durán Barba también debe permanecer escondido hasta después de la elección: “Me tienen prohibido dar notas, Mauricio dice que cada vez que hablo incendio medio país”.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina se efectuará el próximo 22 de noviembre luego de que Scioli obtuviera la mayoría en la primera vuelta con 36,86% de los sufragios, equivalentes a poco más de 9 millones de votos. Macri alcanzó 8,3 millones de boletas a su favor, lo que corresponde a 34,33% de apoyo.