Ante la falta de votos, la derecha aclara la garganta para cantar fraude
Ante la falta de votos para alcanzar el triunfo en las elecciones parlamentarias de este domingo 6 de diciembre, los voceros de la derecha aclaran la garganta para cantar "fraude", descalificar al Consejo Nacional Electoral (CNE) y desconocer los resultados producto de la voluntad popular, con la intención de crear un escenario de violencia en el país que les permita tomar el poder político.
Tal y como ha hecho a lo largo de los últimos 19 procesos electorales, la oposición activó una masiva campaña mediática, que tiene mayor peso en el ámbito internacional e incluye la difusión de encuestas que presentan una supuesta ventaja irrevocable, denuncias de ventajismo e imparcialidad del ente rector, como excusas para eludir cualquier compromiso de respeto a los resultados, y poder justificar el anuncio de fraude al final de la contienda electoral.
Aunque las organizaciones políticas de la derecha participan, como el resto de los partidos, en la auditorías del cronograma electoral y reconocen la institucionalidad del Poder Electoral, históricamente han dirigido sus ataques contra el CNE y su directiva.
Desde principios de 2015 comenzó la arremetida en contra del árbitro electoral, con acciones violentas en contra de los puntos de actualización del registro electoral dispuestos en el territorio nacional, a lo que se sumaron las declaraciones misóginas de voceros autoproclamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para atacar a presidenta del ente comicial, Tibisay Lucena.
Asimismo, se inició una campaña de dudas sobre la transparencia y capacidad técnica del CNE, aunque no ha habido reparos en que dicho ente prestara apoyo técnico en las elecciones primarias celebradas por la MUD el pasado 17 de mayo para elegir a 42 de sus 167 candidatos a la Asamblea Nacional, y en la que se empleó la misma plataforma electoral que se utilizará este 6 de diciembre.
Sectores políticos han alertado que esta reticencia de la MUD forma parte de una maniobra que se articula con la derecha internacional, y que se expresa en las declaraciones del secretario de Estado (EEUU), John Kerry, quien dijo que Venezuela es un ejemplo de "democracia imperfecta" y del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien insistió en la observación internacional para evitar la "violencia postelectoral".
Incluso el presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay, Alejandro Sánchez, quien se encuentra en Venezuela como acompañante internacional invitado por el CNE, consideró que las declaraciones anticipadas de la oposición venezolana sobre un posible fraude no contribuyen a la construcción de una democracia y genera desconfianza en el sistema electoral.
"Me han resultado preocupantes algunas declaraciones de dirigentes de la oposición donde han dicho que gana la oposición o hay fraude. Me parece que es un razonamiento bastante complejo y no es muy democrático. Lo que tienen que hacer es generar la confianza en el sistema (electoral)", dijo.
Sánchez recordó que sectores de la derecha venezolana han participado en más de 20 auditorías que ha realizado el CNE y no han presentado alguna observación con respecto al sistema electoral.
Sin compromiso a reconocer resultados
La oposición ha dejado claro que no aceptará ningún resultado electoral que le sea adverso, como lo demostró con su negativa a firmar los acuerdos de respeto a los resultados de las parlamentarias como garantía de paz, que fueron propuestos tanto como por el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar y los 14 partidos políticos que los conforman; como por la Misión de Acompañamiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que tiene como propósito presenciar de manera imparcial e independiente la transparencia de los procesos electorales en el país, con respeto a la soberanía, autodeterminación de los pueblos y la no injerencia.
Sin embargo, la MUD consignó recientemente, ante el ente comicial, un documento propio de compromiso electoral para demandar "transparencia" en el proceso y exigir la observación internacional, reclamando la presencia de más de 500 veedores internacionales y asegurado que el CNE debe aceptar "observadores" en las elecciones, aunque no estén debidamente acreditados.
Adicionalmente, la oposición se negó a participar en el ensayo realizado por el CNE para probar su plataforma y evitar errores en loo comicios y que es conveniente a los partidos políticos para movilizar a sus testigos, electores, candidatos y conocer su maquinaria.
Con el libreto de fraude aprendido y ensayado, y sin acreditación del CNE, los invitados internacionales de la derecha a las elecciones parlamentarias de este domingo ya están listos para cuestionar la transparencia del proceso, irrespestar la soberanía de la nación y la voluntad del pueblo, tal y como lo han hecho incluso antes de llegar al país.
El ex mandatario colombiano, Andrés Pastrana, quien forma parte del grupo de "notables invitados", aseguró que vendría a Venezuela a "verificar" que el gobierno "acepte" los resultados de la elección que, a su juicio, sólo puede favorecer a la oposición.
Para Pastrana, los únicos escenarios posibles son: "que gane la oposición y no se respete el resultado, también que gane el oficialismo con fraude en la votación".
En esa misma línea de agresión se ubica el boliviano, Jorge Quiroga, quien es acérrimo opositor del gobierno de Evo Morales, y aseguró que en la región hay "un fin de ciclo del populismo autoritario", tras alegrarse por el triunfo del empresario Mauricio Macri en Argentina y por el intento de golpe parlamentario que ha perpetrado la derecha brasilera en contra del la legítima mandataria de ese país, Dilma Rousseff.
Así como la ex presidenta panameña Mireya Moscoso, tristemente célebre por haber indultado a los terroristas Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampol por orden de Estados Unidos, quien se ha encargado de reproducir la mentira internacional de que en Venezuela se está "amenazando (a la gente) para que no vayan a votar".
En la lista de ex presidentes de derecha invitados por la oposición figuran además, Luis Alberto Lacalle, de Uruguay, y los costarricenses Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez, quienes forman parte de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (Idea), creada recientemente para arremeter en contra de la democracia venezolana.
Violencia para generar caos
El guión planificado por la derecha incluye también acciones violentas y desestabilizadoras, como las que propició el candidato perdedor de las elecciones presidenciales del 14 abril de 2013, Enrique Capriles Radonski cuando llamó a los seguidores de la oposición a "descargar la ‘arrechera’ (rabia por impotencia)" contra la victoria de Nicolás Maduro, y que dejó un saldo de 11 venezolanos asesinados, todos simpatizantes del chavismo.
El director de la policía del municipio Sucre en Miranda, Manuel Furelos, fue detenido por el Sebin y acusado por la Fiscalía, por planear la infiltración de policías en una caravana opositora en Petare para generar caos en víspera electoral.
Mientras que el presidente de la AN, Diosdado Cabello, denunció los planes desestabilizadores orquestados por la derecha para el día de la jornada electoral, que incluyen acciones violentas por parte de grupos de choque en los estados Miranda, Carabobo y el Distrito Capital, así como un posible sabotaje al sistema eléctrico.
Cabello reveló que desde la sede del Comité Ejecutivo Nacional del partido Acción de Democrática (AD) de La Florida, en Caracas, la MUD "tiene planteado lanzar resultados adelantados, antes que el Consejo Nacional Electoral (CNE)", para confundir a los electores, como preámbulo al canto del fraude.