Académicos muestran preocupación por situación económica en Grecia
Por ejemplo, Stavros Zenios, estudioso y miembro de la junta de directores del Banco Central de Chipre, es uno de los entendidos que apuntan a que esa salida podría exponer al Banco Central Europeo (BCE) a pérdidas de decenas de miles de millones de euros
Académicos significan este sábado que la posible salida de Grecia del Eurogrupo podría afectar las finanzas de las entidades monetarias de la región.
Por ejemplo, Stavros Zenios, estudioso y miembro de la junta de directores del Banco Central de Chipre, es uno de los entendidos que apuntan a que esa salida podría exponer al Banco Central Europeo (BCE) a pérdidas de decenas de miles de millones de euros.
Ese agujero llevaría entonces a que la primera economía del viejo continente, Alemania, tuviera que suplir el problema, junto con otros miembros del grupo.
Mientras los debates políticos con Atenas congelan el acceso del país a los préstamos de los estados de la zona euro, Grecia emplea cada vez más fondos del BCE.
Atenas insiste en que seguirá integrando la zona euro, pero la incertidumbre llevó al ente emisor a examinar el impacto de una posible salida de Grecia de la zona euro.
Por tanto, auguran los expertos una posible gran factura para el banco central y los países de la zona euro que lo financian.
Cualquier pérdida de ese tipo añadiría ingredientes problemáticos y empeoraría la deuda pública griega de más de 320 mil millones de euros y ofrecería otra razón para mantener a ese país dentro del grupo.
La cuenta del BCE podría trasladarse a los países de la zona euro porque el banco central es un organismo creado por ellos.
Zenios agrega que si uno sale, el resto está obligado a encargarse de los costos.
El presidente del BCE, Mario Draghi, oportunamente dijo que el financiamiento para Grecia ascendía a 104 mil millones de euros.
En esa cuerda, el Bundesbank alemán recibe un crédito a través del BCE, mientras que el banco central griego entra en rojo. Grecia es un importador neto y también sufre una fuga de capitales.
Los países restantes del euro podrían tener que compensar el faltante o anotarlo como pérdida.
/N.A