Dos días de reflexión antes de elecciones presidenciales argentinas
El domingo se define quién será el próximo mandatario argentino, o si habrá que alargar el proceso a una segunda vuelta hasta el 22 de noviembre
Hoy entró en vigor una veda electoral de dos días que los argentinos aprovecharán para reflexionar sobre a quién elegirán el domingo para sustituir en la Casa Rosada a Cristina Fernández como nuevo presidente del país. Ninguno de los seis candidatos podrá hacer acto ni emitir mensajes públicos, como tampoco los medios podrán abordar el tema electoral, aunque por las redes sociales, cuyo uso no está regularizado aún por la ley sobre comicios, los políticos, colaboradores y simpatizantes seguirán haciendo campaña.
Después de dos meses de intenso bregar, y de un año de largo y extenuante calendario electoral que incluyó sufragios en 11 provincias, con sus correspondientes comicios primarios, estos dos días parecerán un remanso de paz.
El domingo se define quién será el próximo mandatario argentino, o si habrá que alargar el proceso a una segunda vuelta hasta el 22 de noviembre.
Pero según impresiones recogidas por Prensa Latina en la calle, e incluso entre activistas de espacios opositores y la forma en que se proyectan en los últimos días sus rivales, el candidato Daniel Scioli, del Frente para la Victoria (FpV), conquistará la Casa Rosada en las urnas el domingo.
Ayer, cerraron sus respectivas campañas, en diversos puntos del país, los seis candidatos. Scioli escogió el emblemático estadio Luna Park de Buenos Aires que parecía reventar de tanta gente que concurrió.
El candidato del FpV acompañado por su compañero de fórmula, Carlos Zannini, lanzó el compromiso de eliminar el impuesto a las ganancias para los que ganen menos de 30 mil pesos (tres mil 158 dólares) al mes, noticia gratamente recibida por los gremios.
Hasta ahora, el techo para no pagar esos tributos es 15 mil pesos (mil 579 dólares). Esta decisión beneficiará a más de 580 mil trabajadores y jubilados.
Y anunció otra medida económica de carácter social: devolverle el impuesto IVA a pensionados y beneficiarios de programas sociales lo que significará un aumento en sus ingresos del 21 por ciento.
En el acto, al saliente gobernador de la provincia de Buenos Aires se le vio suelto, con control, animado; proyectó una imagen de ecuanimidad, lo cual muestra seguridad y brinda confianza.
La frase eje de su discurso en el que enumeró las prioridades centrales de su gobierno si llega a la Casa Rosada fue: "Vengo a ofrecerle al pueblo confianza y tranquilidad", y comentó que "asumiremos un país ordenado, desendeudado y con paz social", gracias -dijo- a la certera conducción de la presidenta Cristina Fernández.
El resto de los candidatos, cada cual por su lado, también puso fin este jueves, como establecen las normas, a sus esfuerzos proselitistas.
Mauricio Macri, de la alianza de derecha Cambiemos, lo hizo en la ciudad de Córdoba, donde siguió con un discurso populista acorde con las circunstancia en el que se comprometió a respetar los beneficios que han ganado los argentinos y a unir el país.
El candidato por la coalición Una Nueva Alternativa, Sergio Massa, quien cerró campaña en su municipalidad de Tigre, optó por el negativismo al proferir la amenaza de "vamos a barrerle todos los ñoquis a La Campora", la organización que nació con el Kirchnerismo y que lidera Máximo Kirchner, hijo de Néstor y Cristina.
Y cómo Scioli le robó la iniciativa sobre el impuesto a las ganancias, dijo que "eso no basta". Se le vio exasperado; gritó demasiado, y atacó a todos. No se le vio comedido como en el debate electoral.
Margarita Stolbitzer, la candidata del Frente Progresista, abarcó temas como la corrupción, la violencia en el fútbol, el diálogo con los empresarios y la situación de los maestros en su último acto proselitista antes de las elecciones del domingo.
El líder del trotskista Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, y su agrupación eligieron la intercepción de las avenidas Corrientes y Callao para concluir su campaña en la que reiteró que su afán es proteger a los trabajadores. Adolfo Rodríguez Saá, peronista disidente de Compromiso Federal y sexto aspirante en campaña, terminó más temprano, en la mañana, brindó un desayuno a un grupo de jóvenes en un hotel de Córdoba, y después ofreció sus votos al derechista Macri.