A un año de la desaparición de normalistas, sus padres marchan este sábado en México
A un año de la desaparición de los estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa, en Iguala, estado de Guerrero, México, sus padres realizarán una marcha este sábado 26 de septiembre desde Los Pinos hasta el Zócalo capitalino, en Ciudad de México, en exigencia del esclarecimiento de los hechos.
Los familiares de los jóvenes iniciaron el miércoles 23 un ayuno, previsto a concluir este viernes, en reclamo por el paradero de sus hijos, y se reunieron este jueves con el presidente de la nación azteca, Enrique Peña Nieto, para demandar la reestructuración de la investigación a fin de dar con el paradero de los normalistas.
En rueda de prensa en una de las esquinas del Zócalo de la Ciudad de México, el abogado de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales, señaló este jueves que en la reunión, Peña Nieto les planteó la creación de una fiscalía especial de búsqueda de personas desaparecidas.
Por su parte, Eduardo Sánchez, vocero del Gobierno, informó que el mandatario afirmó que la investigación continuará abierta y giró instrucciones precisas a sus colaboradores para el esclarecimiento definitivo de los hechos, reseña Prensa Latina.
Según la recomendación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Procuraduría General de la República deberá integrar un equipo de peritos, del más alto nivel, para analizar los hechos en el basurero de Cocula, en Guerrero, donde la versión oficial asegura que fueron incinerados los jóvenes.
El 26 de septiembre de 2014, policías locales agredieron a estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, asesinaron a seis personas, entre ellas a tres normalistas, y entregaron a 43 alumnos de ese plantel al grupo criminal Guerreros Unidos.
A partir de un pedazo de mandíbula, fue confirmado el deceso del normalista Alexánder Mora, el único de los 43 sobre el que se tiene certeza científica de que fue asesinado la noche del 26 al 27 de septiembre pasado.
Según testimonios de sicarios de Guerreros Unidos, los jóvenes fueron ultimados, sus restos calcinados y luego triturados y lanzados en bolsas al río San Juan, en Guerrero, contextualiza Prensa Latina.