Rafael Correa no ve amenaza en paro convocado por opositores
El mandatario ecuatoriano enfatizó que su Gobierno no permitirá bloqueos, ni daños de carreteras, ni paralización de servicios públicos
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, desestimó que el paro convocado para el próximo 13 de agosto por parte de sectores sindicales e indígenas ligados a la oposición no va a tener respaldo, porque -a su juicio- la protesta no tiene justificación y debe ser la ciudadanía quien la rechace.
En una entrevista concedida a periodistas extranjeros, el mandatario ecuatoriano aseguró que los opositores buscan es “hacer bulla” y desmanes. “Estamos tomando todas las precauciones, pero no es el gobierno el que debe responder, sino la ciudadanía, decir: ‘ya basta’”, dijo.
Correa señaló que su Gobierno no permitirá bloqueos ni daños de carreteras, ni paralización de servicios públicos, ni que se atente contra la propiedad pública y privada. "No tienen derecho a atentar contra los derechos de otros", afirmó.
Dijo además que no existe justificación para esta protesta, al tiempo que resaltó las acciones del gobierno en favor de los sectores sociales, trabajadores, campesinos y pobres en defensa de sus derechos, en reducción de pobreza, ampliación de beneficios, salud y educación gratuitas y generación de oportunidades.
"Nos quieren volver al pasado y parte de su estrategia es el calentamiento en las calles, decir que todo está mal, quitarnos la alegría, quitarnos el optimismo. Es la estrategia: quitarle apoyo al gobierno, hacernos creer que cualquier tiempo pasado es mejor", declaró.
En las últimas semanas la derecha en Ecuador promovió hechos de violencia en protesta contra leyes de Herencia y Plusvalía, pese a que el presidente Rafael Correa anunciara el retiro temporal de este proyecto de ley y llamara al debate nacional.
El mes pasado, grupos de opositores intentaron reanudar las protestas contra el Gobierno de Ecuador, tras la despedida del papa Francisco a la nación andina.
Manifestantes adversos a Correa ocuparon por algunas horas la avenida de Los Shyris, en el centro comercial de Quito (capital), para demandar la derogación de las leyes al Ejecutivo.