30 personas asesinadas en Somalia por nuevo ataque con drones estadounideneses
El ataque se produjo en una zona cercana a la ciudad de Bardere, a 400 kilómetros al suroeste de Mogadiscio, capital de Somalia, informaron habitantes de la zona y funcionarios de la localidad
Alrededor de 30 personas fueron asesinadas en el sur de Somalia, debido a un ataque realizado por aeronaves a control remoto no tripuladas de Estados Unidos, mejor conocidas como drones, informó el sitio web PressTV.
El ataque se produjo en una zona cercana a la ciudad de Bardere, a 400 kilómetros al suroeste de Mogadiscio, capital de Somalia, informaron habitantes de la zona y funcionarios de la localidad.
Además indicaron que el dron, perteneciente al ejército estadounidense, disparó dos misiles contra un convoy de vehículos, precisa una nota de Telesur.
Al menos 2.400 personas han muerto por ataques de drones estadounidenses desde el 2009 en Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalia, reveló un estudio presentado por la organización denominada Buró de Periodismo Investigativo.
Estas muertes ocurrieron durante los cinco años de Gobierno del presidente Barack Obama, quien ha puesto en marcha más de 390 ataques con drones en países del Medio y Lejano Oriente. El estudio además indica que al menos 273 de esos asesinatos, eran civiles y menores de edad, quienes no tenían nada que ver con las acciones bélicas tomadas por el Gobierno estadounidense.
Los atentados con drones comenzaron en 2004 durante la presidencia de George Bush, y continúan aplicándose en la administración de Obama, aunque la Casa Blanca sostiene que los ataques son planificados en profundidad, "las muertes de civiles son muy raras", detalla el sitio web de Telesur.
En febrero pasado el operador de drones estadounidense Brandon Bryant, quien participó en operaciones especiales con estas aeronaves no tripuladas en Irak, Afganistán, Pakistán y Yemen entre 2007 y 2011, renunció tras haber matado a más de 1.626 personas.
En declaraciones al programa Witness, de la cadena de televisión BBC, Bryant comentó que sintió "repugnancia" de su trabajo y decidió abandonar su cargo tras estar convencido de haber matado a un niño en uno de sus ataques y después de recibir la orden de asesinar a un ciudadano norteamericano.
