Revelan vínculo de Ejército mexicano con fusilamiento de civiles
De acuerdo al diario azteca La Jornada, este suceso es confirmado por tres mujeres sobrevivientes
Peritajes recientes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) y de la Procuraduría General de la República (PGR) revelaron que de las 22 personas que fueron abatidas por elementos del Ejército el 30 junio de 2014, dentro de una bodega en el municipio de Tlatlaya, 11 fueron prácticamente fusiladas, otras cinco murieron realizando ‘‘maniobras instintivas de defensa’’ y del resto no se menciona que hubieran disparado contra los militares.
Con esto, y las declaraciones de tres mujeres sobrevivientes, que se encuentran bajo protección, se desmienten las primeras informaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), cuyo comunicado expresaba que un Batallón de Infantería del Ejército se encontraba realizando reconocimientos terrestres en el mencionado municipio, ubicando una bodega que se “encontraba custodiada por personas armadas, mismas que al percatarse de la presencia de las tropas abrieron fuego, por lo que el personal castrense repelió dicha agresión", refiere el diario mexicano La Jornada.
También contradicen al procurador, Alejandro Jaime Gómez Sáchez, en sus declaraciones del 17 de julio de 2014 en las que señaló que ‘‘en las diligencias practicadas, no se desprende indicio alguno que haga presuponer o que nos haga pensar en la posible ejecución o posible fusilamiento al que se ha hecho referencia en algunos medios de comunicación’’.
Los estudios forenses (con los cuales la PGR sustentó las acusaciones de homicidio en contra de tres soldados en agravio de nueve de las 22 víctimas) indican que los militares también utilizaron en estos hechos un fusil al que le borraron la matrícula y otra arma de la cual no se precisó su origen, y que las armas de tres víctimas no contaban con municiones.
De acuerdo a los estudios realizados, los militares realizaron al menos 160 disparos y las víctimas 12. Los soldados impactaron 60 balas, todas en la zona torácica de los presuntos delincuentes. El reporte refiere que tres balas lesionaron a un miembro del Ejército, indica La Jornada.
Los peritajes también señalan que algunos militares dispararon a corta distancia a varias de las víctimas y los casquillos de los cartuchos percutidos quedaron a escasos 70 centímetros de los cadáveres. Además, sobre las víctimas que fueron fusiladas, la descripción pericial no menciona de manera directa que fueron colocadas contra la pared antes de que les dispararan, pero expresa: “Por el tipo y características de las lesiones observadas en el cadáver (…) se determina que éstas le fueron producidas al tener contacto con una superficie de consistencia dura y áspera’’.
Asimismo, a cinco de las víctimas se le dispararon ‘‘al momento de realizar maniobras instintivas de defensa’’, sin realizar ninguna otra acción, es decir, cubriéndose de las balas con manos y piernas. El resto, según los peritajes, fueron blanco de los tiros de los soldados porque no estaban totalmente ocultos.