Salvadoreños esperan con fervor beatificación de monseñor Romero
A días de la celebración, son cada vez más recordados las frases de fe y los llamados a la paz y al cese a la represión que hacía el asesinado religioso en cada homilía, sobre todo cuando ya era inminente una guerra civil
El pueblo salvadoreño esperan con fervor la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, que tendrá lugar en San Salvador el 23 de mayo.
A días de la celebración, son cada vez más recordados las frases de fe y los llamados a la paz y al cese a la represión que hacía el asesinado religioso en cada homilía, sobre todo cuando ya era inminente una guerra civil.
Monseñor Romero aseguró que lo más importante de su obra pastoral era la defensa de la vida de las personas y así lo expresó en su homilía del 16 de marzo de 1980 en la cual aseguró que lo que más necesitaba El Salvador era "un alto a la represión".
"Este es el pensamiento fundamental de mi predicación: nada me importa tanto como la vida humana. Es algo tan serio y tan profundo (…) porque esa sangre no hace sino negar el amor, despertar nuevos odios, hacer imposible la reconciliación y la paz", dijo al referirse a la situación violenta que vivía el país.
Abogó por la igualdad, la equitativa y justa distribución de las riquezas como un acto de bondad de cada persona.
Llamó a la oligarquía salvadoreña a escuchar el llamado del Papa Juan Pablo II, quien señaló que los bienes no necesarios para unos, son esenciales para la supervivebncia de cientos de millones.
"Espero que este llamado de la Iglesia no endurezca aún más el corazón de los oligarcas, sino que los mueva a la conversión. Compartan lo que son y tienen", instó Monseñor.
Asimismo, a pesar de que conocía el peligro que significaba su ministerio, insistió en exhortar a quienes detentaban las riquezas del país a pensar en los más desposeídos.
"No sigan callando con la violencia a los que les estamos haciendo esta invitación, ni mucho menos continúen matando a los que estamos tratando de lograr haya una más justa distribución del poder y de las riquezas de nuestro país", expresó el arzobispo.
"Y hablo en primera persona, porque esta semana me llegó un aviso de que estoy yo en la lista de los que van a ser eliminados la próxima semana. Pero que quede constancia de que la voz de la justicia nadie la puede matar ya", acotó.
También por eso extendió su llamamiento de conversión a las Fuerzas Armadas.
El 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del Hospital la Divina Providencia, en San Salvador, fue asesinado en el altar por un francotirador.
Al mayor Roberto d’Aubisson, creador de los escuadrones de la muerte y del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista, se le señala como el autor intelectual del crimen.
La causa de canonización de Monseñor Romero inició el 24 de marzo de 1990, pero fue en 1994 cuando se presentó formalmente la solicitud a su sucesor Arturo Rivera y Damas.
El 3 de febrero de 2015 fue reconocido como mártir por el Vaticano, al aprobar el papa Francisco el decreto de martirio correspondiente y promulgado por la Congregación para las Causas de los Santos.
Monseñor será beatificado el venidero 23 de mayo en el emblemático monumento al Salvador del Mundo, en esta capital, donde se espera la asistencia de más de 250 mil personas.