Cúcuta, la ciudad olvidada por el Estado Colombiano
La atención de la prensa internacional se ha centrado recientemente en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta debido al supuesto arribo de la ayuda humanitaria proveniente de Estados Unidos para Venezuela y la realización de un concierto con artistas de talla mundial.
La capital del departamento colombiano Norte de Santander, en la frontera con Venezuela, ha sido usada por EE.UU. y grandes medios de comunicación para hablar sobre la supuesta crisis humanitaria en Venezuela, sin embargo, han ocultado la problemática social que aqueja a la zona fronteriza.
Desempleo y pobreza en Cúcuta
El departamento cuenta con el mayor número de personas pobres en el país y gran desempleo, la cuarta cifra más alta de Colombia.
De acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia (Dane), el 40 por ciento de la población de Cúcuta vive en pobreza, es decir, 281.000 personas, mientras que el 8,5 por ciento se encuentra en pobreza extrema, lo que significa que 60.000 personas viven en situación de miseria.
Según un estudio 20 de cada cien niños en la ciudad padecen de desnutrición severa, que puede llevar a un retraso del crecimiento, un aumento en el riesgo de contraer enfermedades especialmente infecciosas e incluso la muerte.
Datos del Dane revelan que 40 por ciento de los niños menores de diez años viven en pobreza y ocho por ciento se encuentra en situación de pobreza extrema.
Otro de los datos que han ocultado los medios es que el 22 por ciento de los hospitales públicos están técnicamente cerrados, según un informe del Ministerio de Salud y Hacienda de Colombia en el año 2018.
Norte de Santander está entre los departamentos que tienen una alta tasa de asesinatos de líderes sociales. Hasta diciembre del pasado año se había registrado la muerte de 23 activistas comunitarios.
Estos datos son una muestra del abandono en que el Estado colombiano ha tenido la región fronteriza, situación que había sido denunciado con anterioridad por comerciantes y autoridades locales.
Hasta agosto de 2015 ningún presidente colombiano había ido a Cúcuta, el expresidente Juan Manuel Santos fue el primero obligado por el cierre de frontera ordenado por Maduro.
El uso de Cúcuta por parte de EE.UU., medios de comunicación y la oposición venezolana es un claro ejemplo del doble rasero internacional como parte de la política exterior de Washington.