Con la Misa del Gallo católicos celebran el nacimiento del Niño Jesús
Cabe destacar, que La Misa del Gallo o misa de la noche, se atribuye al Papa Sixto III, del siglo V d.c., quien se encargó de introducir en Roma la vigilia nocturna a las doce -después de que cantara el gallo, según los romanos de aquella época- algo que no tardaría en convertirse tradición
Una de las ceremonias más importantes de la Navidad y el catolicismo es sin duda, la Misa del Gallo, o “Misa de los pastores” la cual se celebra en la medianoche del 24 de diciembre, tras la cena de Nochebuena y poco antes de que llegue el día en la que se conmemora el nacimiento de Jesús.
Cabe destacar, que La Misa del Gallo o misa de la noche, se atribuye al Papa Sixto III, del siglo V d.c., quien se encargó de introducir en Roma la vigilia nocturna a las doce -después de que cantara el gallo, según los romanos de aquella época- algo que no tardaría en convertirse tradición.
La oratoria sobre la natividad de Jesucristo llevaba el nombre de “ad praesepium” (ante el pesebre) y se celebraba en el altar de la Basílica de Santa María la Mayor. A las lecturas de los evangelios y los tramos del nacimiento de Jesús, se suman varios villancicos al principio y final del evento.
Sin embargo, otras fuentes afirman que el nombre de esta misa tradicional del pueblo católico debe su nombre a que un gallo fue el primero en presenciar el alumbramiento, y se encargó de anunciarlo al mundo.
Esta arraigada tradición católica tiene sus orígenes en las tres ceremonias que se dedicaban a la Natividad de Cristo en los templos de Jerusalén.
La primera se oficiaba en la noche del 24 al 25 de diciembre, en la cueva de la natividad, santificando el día y la hora en que Cristo nació. La segunda se celebraba justo al amanecer recordando el misterio de la resurrección.
La tercera y última ceremonia se oficiaba en el templo eclesiástico, constituyendo su celebración el oficio solemne del día que conmemoraba el nacimiento del Niño Jesús.
También los católicos romanos celebraban tres misas: la primera en la noche en Santa María la Mayor recordando la hora del nacimiento. La segunda al amanecer recordando el misterio de la resurrección y la tercera en San Pedro, constituyendo el oficio solemne del día.
Así, en la actualidad y al concluir la cena de Nochebuena, los fieles acuden en familia a las iglesias o parroquias para asistir a la tradicional Misa del Gallo.