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50 personas bajo los escombros en Ciudad de México tras el terremoto

Las autoridades de la Ciudad de México, donde han muerto 137 personas, calculan que todavía hay unas 50 personas en inmuebles destruidos por el terremoto que el martes sacudió el centro del país, informó hoy el jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera.
 
“Las expectativas de encontrar personas en estos edificios serían de alrededor de 50 personas. Este es un cálculo que se ha hecho derivado de lo que se ha encontrado”, declaró en una rueda de prensa.
 
En un balance preliminar de las víctimas por el seísmo, la Secretaría de Gobernación detalló hoy que hay 273 muertos: 137 en la Ciudad de México, 73 en Morelos, 43 en Puebla, 13 en el Estado de México, 6 en Guerrero y 1 en Oaxaca.
 
En la capital de México, la zona más castigada por el movimiento telúrico de 7,1 grados en la escala de Richter, han sido rescatadas con vida 60 personas.
 
El gobierno de la capital mexicana, donde 38 edificios se vinieron abajo, calcula que hará unos 2.900 dictámenes de inmuebles para determinar si las viviendas están o no en condiciones de ser habitadas.
 
Mancera dijo no tener cifras exactas del número de personas que han tenido que abandonar sus casas, pero en los 44 albergues dispuestos por la Secretaría de Desarrollo Social están pernoctando 2.500 personas. El alcalde reconoció que otras personas están en casa de familiares o allegados.
 
Sobre los posibles robos en inmuebles dañados y desalojados, Mancera aseguró que están siendo vigilados por las fuerzas de seguridad.
 
El terremoto tuvo lugar el mismo día, pero 32 años después, del terremoto de 1985 que dejó unos 20.000 muertos en la capital.
 
Respecto a ese sismo histórico, y que nadie puede borrar de la memoria, a la pasmosa coincidencia de fechas entre ambos terremotos se suma la similitud de los casos de “Monchito” y “Frida Sofía”, la supuesta niña que se había quedado atrapada entre las ruinas del colegio Enrique Rébsamen, que tuvieron al país en vilo hasta que se reveló la triste realidad.
 
El niño Luis Ramón “Monchito” y su abuelo quedaron sepultados en las ruinas de una vecindad en el barrio capitalino de La Merced a causa del poderoso seísmo de 8,1 grados que sacudió el país la mañana del 19 de septiembre de 1985. Al cabo de varios días de búsqueda frenética, equipos de rescate de diversos países, así como de la Marina de México, determinaron que ya no quedaba nadie vivo bajo los escombros del inmueble. No obstante, miembros de un cuerpo de voluntarios civiles que llegaron al lugar aseguraron que detectaban señales de vida, lo que provocó una oleada de esperanza de una nación que, en medio de la tragedia, enfocó su atención en el rescate del menor. Se escuchaba a los técnicos dar instrucciones al supuesto sobreviviente, a quien le pedían responder con golpes a las preguntas que le hacían. Así determinaron que se trataba de “Monchito”.
 
Pero todos los esfuerzos por llegar al niño fueron en vano, y finalmente las tareas de rescate terminaron tres semanas después. Una pesada losa de tristeza e incredulidad cayó sobre el ánimo de familiares y mexicanos en general. Se llegó a decir que “Monchito” nunca existió, o que los esfuerzos por rescatarlo no fueron otra cosa que una pantalla para hurtar bienes de la vivienda derruida. Algún experto ofreció una explicación cuando menos plausible: “histeria colectiva”.
 
Un caso similar ha surgido 32 años después con la historia de “Frida”, que había acaparado la atención general y centrado las esperanzas de buenas noticias en medio del nuevo desastre en el que hasta ahora han muerto 273 personas, mientras un centenar se hallan desaparecidos.
 
Técnicos en rescate comandados por la Marina se esforzaban por llegar a esta menor, presuntamente atrapada entre los escombros del Colegio Enrique Rébsamen, que se desplomó en el sur de la capital a causa del terremoto del 19 de septiembre, pero de 2017.
 
El oficial mayor de la Secretaría de Marina, almirante José Luis Vergara, dio el miércoles por la noche detalles de dónde se encontraba la niña y de la estrategia para llegar a ella.
 
Pero el subsecretario de Marina, Ángel Enrique Sarmiento, dijo que los expertos que trabajan en el lugar están “seguros de que no fue una realidad” la existencia de la menor.
 
El terremoto del martes ocurrió doce días después del seísmo de 8,2 grados, el más potente registrado en el país desde 1932, que causó 98 muertos en el sur de México.

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