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Noventa mezquitas, bajo la lupa en Alemania

Las autoridades de Berlín ilegalizaron ayer la asociación islamista Fussilet 33, una de las 90 mezquitas que se encuentran bajo vigilancia de los servicios secretos en Alemania y a la acudía con asiduidad el tunecino Anis Amri, autor del atentado que costó la vida a 12 personas en un mercadillo navideño de Berlín el pasado 19 de diciembre.

La declaración de ilegalidad ha ido acompañada de un operativo policial con participación de unos 460 agentes. Se registraron 24 inmuebles, incluidas seis celdas en las dos prisiones de la capital.

Una de ellas la ocupada desde el pasado año por el ex presidente (imam) de la mezquita ahora prohibida, un turco de 43 años que se hacía llamar el "Emir de Berlín". Está acusado de prestar apoyo financiero, técnico y logístico al grupo Junud Al-Sham, frente yihadista con gran presencia de combatientes chechenos -nacionalidad dominante en la comunidad de fieles de Fussilet 33-. El imam, Ismet D., habría reclutado y facilitado el viaje a Siria e Irak de, al menos, unas 30 personas.

Algunas informaciones le vinculan también con el Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés), a cuyos ex combatientes habría acogido y dado empleo.

Razones para la prohibición de Fussilet 33 había, aunque ha sido el ‘caso Amri’ lo que ha precipitado una decisión esperada y tardía. Los testaferros del "Emir de Berlín" se anticiparon a la orden de cierre y rescindieron el contrato de alquiler.

Recogieron los muebles, enrollaron las alfombras y pusieron pies en polvorosa. Una situación bochornosa para Interior, aun cuando la policía, que cuenta "para más inri" con una comisaría frente a la mezquita, asegura haber tomado medidas para no perder del radar a la clientela de Fussilet 33 potencialmente peligrosa.

Frecuentada mayoritariamente por turcos y chechenos, grupo éste cada vez más numeroso entre los demandantes de asilo procedentes de la Federación de Rusia y con presencia creciente en los círculos del islamismo radical en Alemania, a los rezos en Fussilet 33 asistían con asiduidad y según datos de Interior hasta 10 "Gefährder", término aplicado a individuos dispuestos a cometer un atentado y con capacidad para llevarlo a cabo.

"Gefährde" era el tunecino Amri, a quien las cámaras de vídeo que permitían a la policía saber quién entraba y salía del inmueble donde estaba Fussilet 33 grabaron los pasados 28 de noviembre, 10, 13 y 19 de diciembre. Ese día entró en el edificio a las 18:38 y salió a las 19:07. Una hora más tarde, arrolló con un camión a 12 personas, causándoles la muerte. Los heridos se contaron por decenas.

Según datos de la Oficina de Protección de la Constitución, en Alemania hay actualmente 1.600 potenciales terroristas islamistas. De ellos, alrededor de 570 están clasificados como "Gefährder" y cerca de 360 bajo el epígrafe de "relevante", es decir como sujetos dispuestos a colaborar en delitos de terrorismo. En total 400 salafistas más que el pasado año.

Radicalizados en las mezquitas

Un estudio reciente de la Oficina Federal de Investigación Criminal revela que la radicalización se produjo en la mezquita (48% de los casos), a través internet (44%), en los llamados seminarios islámicos (27%) y en el ámbito familiar (20%). En resumen, espacios de difícil acceso y control para los poderes del Estado, incluido las mezquitas, aunque se trata de espacios públicos.

El problema que se plantea en Alemania, con casi cinco millones de musulmanes aunque menos de la mitad son de cinco rezos diarios, es que no se sabe con exactitud cuantas hay, cómo se financian y quien dirige la oración.

Visibles y con minarete hay unas 150. La cifra real se aproximaría a 2.600. En torno al millar sirve a la comunidad turca y eso, aunque plantea diversos problemas de índole política, ofrece garantías de moderación religiosa. El imam que las dirige es un funcionario enviado y pagado por el Ministerio de Religión de Turquía.

En el resto de las mezquitas el panorama es más opaco. Se reza en árabe, no todas están registradas, no hay garantías de que el imam está cualificado y su financiación no es trasparente. A este grupo pertenecen las llamadas "Hinterhofmoschee" o mezquitas del patio trasero, locales a los que sólo se acede por invitación o por el boca a boca. Noventa de ellas están bajo vigilancia.

Sólo en Berlín y tras la ilegalización de Fussilet 33 hay otras dos mezquitas pendientes de prohibición. En una de ellas, Al Nur, situada en el barrio de Newkölln sintió el rapero Denis Cuspert, alias "Deso Dogg", la llamada del islam radical y de la yihad en Siria. Ahora es el jefe de propaganda del IS.

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