Ocariz confirmó sospechas que tenía Maduro sobre él
El 13 de noviembre de 2016, el presidente Nicolás Maduro evaluó a los integrantes de la coalición de la derecha que recién había aceptado sentarse a la mesa de diálogo con los representantes del Gobierno Nacional. Cuando su vista pasó por el nombre de Carlos Ocariz, textualmente dijo: “Está fuera de ranking, no llega a las Grandes Ligas y comete errores, es mi apreciación personal”.
Cuando sus partidarios (que nadie sabe cuántos y quiénes son) esperaban que se reivindicara de la apreciación del Jefe de Estado, hizo todo lo contrario: Metió la pata hasta más no poder, empeñado, pues, en dejar en evidencia el barro del que está elaborado su accionar.
La plastota más reciente la puso este viernes. Mientras que el propio Maduro, la delegación oficial y los acompañantes del diálogo (Vaticano incluido), celebraran lo que podría ser el reinicio de las conversaciones entre las partes, el triste novatón prefirió insistir en menospreciar el recurso del acercamiento con el chavismo. Se empeñó en ofrecer declaraciones que lejos de mostrar seriedad y resolución a favor de la paz, redundaron en una maníaca conducta de “sí pero no y sí pero no”.
Es triste que Ocariz batuquée la opinión del soberano que quiere paz y diálogo como lo demuestran las encuestas. 68% se inclina por la continuación de las reuniones según los índices del 15 de enero de este año reflejado por Hinterlaces. En diciembre, la empresa Datanalisis (que de izquierdista no tiene ni un pelo) mostró que la mayoría estaba en desacuerdo con que la MUD se retirara de la mesa, cosa que tampoco le importó al alcalde del municipio Sucre.
El tiempo transcurre, y el pueblo está a la expectativa. También los delegados internacionales. El mundo es testigo de cuanto ocurre. Maduro seguirá teniendo razón sobre Ocariz.
