Mujeres indígenas hablan sobre las amenazas y defensa de sus territorios
Durante una semana, alrededor de 300 líderes de distintas comunidades indígenas se reunieron en Lima para exponer la problemática y necesidades de sus pueblos ante el grupo de Financiadores Internacionales para los Pueblos Indígenas (IFIP por sus siglas en inglés). La conferencia Buen vivir: Apoyar el papel de los pueblos indígenas en la diversidad biocultural, derechos humanos y modelos económicos sostenibles evidenció que las comunidades indígenas de la región enfrentan actualmente, “amenazas inminentes debido a la extracción no sostenible de los recursos naturales, la agricultura a gran escala y diversos proyectos de desarrollo de infraestructura en la región”, según la Ifip.
Un dato importante y que vale la pena considerar, como menciona Ifip, es que los pueblos indígenas han demostrado ser los mejores guardianes de los recursos naturales y esto es una ventaja cuando se trata de conservar el medio ambiente, tomando en cuenta que Latinoamérica posee más del 40 % de la biodiversidad del planeta. Por eso la conferencia se presentó como un espacio de colaboración, entre financiadores y líderes indígenas, para promover iniciativas de conservación y mecanismos de reconocimiento de territorios ancestrales. Hay que mencionar, además, que este año se puso especial énfasis en la necesidad de promover el empoderamiento de las mujeres. Es así que Mongabay Latam decidió conversar con siete lideresas de siete países de Latinoamérica para conocer su visión sobre la defensa de los territorios, las amenazas que atentan contra sus pueblos y preguntarles sobre los cambios que perciben en su entorno, a partir del ingreso de proyectos extractivos, de la construcción de represas, carreteras o grandes infraestructuras en sus tierras. Este artículo reúne siete testimonios que necesitan ser escuchados.
1. Perú: “Donde vivo no hay presencia del Estado, estamos solos luchando”.
Diana Ríos ha demostrado que es posible sobreponerse a las adversidades. Ríos es una líder ashaninka que pertenece a la comunidad nativa de Alto Tamaya Saweto, ubicada en la región de Ucayali, frontera con Brasil. Diana se vinculó a la lucha por los derechos de su comunidad a partir de un hecho muy doloroso, la muerte de su padre, José Ríos, quien fue asesinado en el 2014 junto a Edwin Chota y otros líderes ashaninkas, por presuntos madereros ilegales. Desde entonces Diana desempeña un papel muy importante en la defensa de sus territorios.
“Hemos luchado 12 años, pero no ha sido fácil para obtener un título para nuestro territorio. Los recibimos en diciembre del 2015. Han tenido que morir cuatro líderes y recién se obtuvo el título. De hoy en adelante no queremos pasar lo que hemos pasado en mi comunidad. Queremos que se llegue a saber quién participó en el crimen y queremos que el Estado nos siga apoyando para saber quiénes son los culpables del asesinato de los líderes. Donde vivo no hay presencia del Estado, estamos solos luchando. El bosque es nuestra casa, nuestro hogar, pensamos en las próximas generaciones. Luchamos contra la tala y los narcotraficantes. Como es zona de nadie pasan y hacen lo que quieren. Pido la presencia del Estado, que haya control estricto. No vamos a seguir muriendo cada año. No queremos que trafiquen en nuestro territorio. Los taladores siguen depredando y no les importa, los narcotraficantes destruyen el bosque para sembrar. Yo les digo que hay que pensar en las próximas generaciones. Como pueblo indígena luchamos. No por mí, mis hijos se van a quedar, mi pueblo se va a quedar. Estoy recibiendo amenazas pero no tengo miedo. Al Estado le pediría que asuma su responsabilidad porque no le están tomando importancia. Cuando pasaron los hechos y murió nuestro líder asumimos la responsabilidad porque es nuestro deber, tenemos hijos, tenemos comuneros, tenemos que luchar porque si salimos de acá y nos vamos a otro sitio igual va a ser. Como mujeres vamos a luchar porque es nuestro deber”.
2. Honduras: “Nos desplazan de nuestros lugares, de nuestras casas, con esta idea falsa del desarrollo”
Laura Zuñiga es la hija de Berta Cáceres, líder indígena del pueblo Lenca de Honduras que se enfrentó por años al Estado y a los proyectos hidroélectricos que amenazaban con desplazar a los pueblos de sus territorios. Desde el 2006, la galardonada con el Goldman Environmental Prize emprendió una campaña sin aliento contra los funcionarios de la presa Agua Zarca que, según denunció Cáceres, pretendían retirar a cientos de familias de la comunidad de Río Blanco. En marzo de este año, Berta Cáceres fue asesinada de un disparo mientras dormía en su casa ubicada en la ciudad de Esperanza, al oeste de Honduras. Su familia sigue clamando por justicia y su hija Laura Zuñiga ha decidido seguir los pasos de su madre, a pesar que sabe que está poniendo en peligro su vida.
“En los últimos años, un poco a raíz del golpe de Estado y de decisiones empresariales incluso, (…) estamos sufriendo la entrada de empresas que se apropian de nuestros territorios ancestrales y que nos desplazan de nuestros lugares, de nuestras casas, con esta idea falsa del desarrollo. Ahora tenemos el 51 % del territorio hondureño concesionado, esto acompañado de la militarización y la estructuración de la violencia de parte del Estado hacia las personas que luchan en contra, a parte de eso se suma la criminalización, o sea que el mismo Estado busca y judicializa a las personas que están en contra de las represas, eso es lo que hemos visto en Aguas Zarca. Como COPINH, Consejo Popular de Pueblos Indígenas de Honduras, una de las cosas que se ha exigido históricamente es el respeto a la autonomía de las comunidades, el respeto a las comunidades de decidir sobre sus territorios, y tenemos buenos resultados porque ahora las fuentes de agua están en territorios indígenas, los bosques están en territorios indígenas y la mayoría de reservas de la humanidad están en nuestros territorios. Otra cosa que pedimos es justicia para todos los compañeros y compañeras asesinados por la lucha, y particularmente justicia para Berta (Cáceres), que era mi mami, y la coordinadora general del COPINH. Nos preocupa que este sea un precedente de impunidad grave, porque si con un caso como este no hay justicia, en el momento que haya más casos de sicariato y asesinato de compañeros y compañeras va a seguir todo igual. Una de las cosas que me enseñó mi mami es a trascender a esta vida y es cuando hacemos aportes concretos y reales a las grandes luchas del mundo”.
3. Guatemala: “Las mujeres estamos enfrentando violaciones a los derechos humanos”
María Everarda Tista de León es una lideresa del Pueblo Maya Achí, asentado en Corredor Seco, en el departamento de Baja Verapaz en Guatemala. Esta lideresa, al igual que las anteriores, lucha por conservar su territorio y por los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado interno de su país. Desde el 2014 integra la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (Conavigua), organización que defiende los derechos de las mujeres Mayas y de los pueblos indígenas.
“Enfrentamos la criminalización, la oposición del Gobierno, desalojos violentos a la resistencia de la defensa del territorio. Las mujeres estamos enfrentando violaciones a los derechos humanos y derechos colectivos de los pueblos indígenas. La criminalización política, la criminalización de las luchas de los pueblos indígenas es fuerte porque hay un estado con una visión muy mercantilista. Los pueblos indígenas estamos amenazados, sobre todo por la violencia sexual donde se instalan monocultivos como la palma africana, por las hidroeléctricas. Es importante proteger el medio ambiente. Nosotros las mujeres somos creadoras de vida y la continuidad de vida de los pueblos, somos las que estamos entregando mucha fuerza para defender los derechos colectivos de los pueblos indígenas y los territorios”.
4. México: “Nos enfrentamos a que nos dejen sin nuestra tierra, sin nuestro mar”
Bettina Cruz Velásquez integra la Asamblea de los Pueblos Indígenas Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APIITDTT) de Oaxaca, México, y desde esta organización ha defendido las tierras y los derechos de los pueblos indígenas. Uno de los casos más representativos en los que participa esta lideresa es en la campaña que se opone a la construcción del proyecto Eólica del Sur Juchitán, porque sostiene, al igual que otros líderes, que la empresa no respetó el derecho a la consulta previa, libre e informada de las poblaciones aledañas, entre ellas los derechos del pueblo indígena Binnizá de Juchitán al que pertenece.
“Nos enfrentamos a que nos dejen sin nuestra tierra, sin nuestro mar,y que no tengamos medios para poder alimentarnos. También para poder seguir practicando nuestra religiosidad indígena. Además está el peligro de la migración porque si nos dejan sin nuestro lugar y nuestra vida quizás vamos a migrar, y eso es terrible porque te sacan de tu espacio vital y te vas a un espacio donde es más fácil que te exploten y te denigren. Nos enfrentamos a la presencia de matones, de sicarios, a la policía que nos agrede y que nos ha encarcelado. Nosotras las mujeres pensamos que somos parte de este medio ambiente. No es nada más que estemos ahí, somos parte y nuestra vida es parte de eso. Y hay que defender nuestra vida. Los cambios que hemos notado son que han deforestado, han puesto aerogeneradores, quieren poner minas, están metiendo caminos, torres de transmisión, cables, gente que llega, muchos extranjeros ocupando nuestros espacios y encareciendo más la vida, porque ellos pueden pagar más. Todo eso está pasando, perdemos nuestra actividad económica, utilizan a las mujeres de la comunidades para el sexo, todo eso”.
5. Colombia: “La vida se está agotando poco a poco”
La identidad, la cultura y las tradiciones son tres grandes temas que movilizan a Fany Kuiru, mujer del pueblo Huitoto de la zona de la Chorrera, en el departamento de Amazonas en Colombia. Fanny junto a otras de sus compañeras lidera la Corporación Ecológica Mujer, Tejer y Saberes (MUTESA), y desde ahí trabaja para conservar el conocimiento tradicional indígena y los saberes vinculados a la naturaleza, la medicina, el lenguaje, los mitos, entre muchos temas más que caracterizan a cada comunidad. La defensa del territorio es un tema importante para ella, así como el rescate de la memoria, por eso emprendió hace unos años una campaña para volver sobre la historia de la etapa de explotación en la selva amazónica por parte de las empresas de caucho.
“Realmente la defensa territorial consiste en hacer un manejo sostenible de lo que hay en el territorio, los recursos naturales y hacer las prácticas culturales para poder preservar. Porque solo a partir de los conocimientos tradicionales y el manejo de la lengua se puede conservar un territorio. Creo que hay muchas amenazas naturales por el cambio climático. La soberanía alimentaria se ve afectada, el clima ya no es el mismo, la salud se afecta y hay amenazas, no solo de grupos que extraen los recursos naturales y hacen un manejo irresponsable del medio ambiente, sino también del ambiente que hoy tiene en riesgo a la vida en el planeta. Para las mujeres y para los pueblos indígenas es un mandato de origen [proteger el medio ambiente]. Si no se cumple el mandato de origen para los pueblos indígenas puede haber catástrofes. Hemos percibido muchos cambios. La soberanía alimentaria se ve afectada, los ríos ya no mantienen los peces para la alimentación, muchas plantas domésticas silvestres se están perdiendo. La vida se está agotando poco a poco”.
6. Argentina: “Proteger el medio ambiente es por el bienestar de generaciones futuras”
La argentina Ema Cuañeri es cantante y embajadora del pueblo Qom. Con su arte ha llevado la cultura, tradiciones y saberes de su pueblo a diversos rincones del mundo. Cuenta que actualmente los Qom están haciendo un trabajo muy interesante con los plásticos que la gente tira: son el insumo para elaborar canastos utilizando sus técnicas ancestrales. El producto sirve para conseguir el sustento para las familias. Son artesanas que van limpiando el planeta.
“Ya es grande la lucha que tenemos por defender la cultura y el territorio también. Desarrollamos nuestras actividades culturales mirando hacia nuestros territorios y tratando de recuperarlos. La amenaza en nuestro territorio es que ya no tenemos más la cacería que solíamos tener, somos un pueblo cazador y recolector y ya no la tenemos más porque nos han corrido de los lugares ancestrales y reubicado en otros que no tienen la misma abundancia que tenían. Proteger el medio ambiente es por el bienestar de generaciones futuras, los que vendrán después de nosotros”.