Atentado suicida deja al menos 60 muertos y 120 heridos en Pakistán
El ISIS asume la autoría del ataque de tres suicidas en la convulsa zona de Baluchistán
Al menos 60 personas han muerto y 120 han resultado heridas este martes en un doble atentado suicida contra la academia de policía de Quetta, al oeste de Pakistán. El autodenominado Estado Islámico (ISIS en sus siglas inglesas) se ha responsabilizado del ataque, uno de los más sangrientos de este año en ese país.
La matanza pone de relieve la fragilidad del país asiático, que en los últimos años había visto disminuir la actividad terrorista. Tanto el primer ministro, Nawaz Sharif, como el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Raheel Sharif, han viajado enseguida a Quetta.
Al parecer, tres hombres fuertemente armados y provistos de chalecos explosivos forzaron su entrada a tiros en la academia durante la madrugada, según Safraz Bugti, ministro del Interior de la provincia de Baluchistán (de la que Queta es la capital), citado por el diario Dawn. Su objetivo eran los dormitorios, donde en ese momento había entre 200 y 250 reclutas de los 700 que reciben formación en el centro. Desde los primeros tiros, los aterrorizados jóvenes, de entre 15 y 25 años, trataron de huir.
“Vi a tres hombres que llevaban Kashnikovs… iban vestidos con uniformes de camuflaje y con la cara tapada”, declaró uno de los cadetes a los medios locales. “Empezaron a disparar y entraron en el dormitorio, pero logré escapar trepando por una pared”.
Los que no lo lograron quedaron a merced de los atacantes durante varias horas. Bugti confirmó que eran tres. La mayoría de las víctimas se produjeron cuando dos de ellos se hicieron estallar. El tercero fue abatido por miembros del Cuerpo de Fronteras, según explicó más tarde el general Sher Afgan, jefe de esa fuerza paramilitar en Baluchistán.
“Primero atacaron al centinela de la torre de vigilancia, y tras el tiroteo en el que lo mataron, pudieron entrar en el recinto de la academia”, declaró el ministro.
A partir de ese momento fueron casi cinco horas de disparos, explosiones y pánico, buena parte de ellas en completa oscuridad, ya que los uniformados cortaron la electricidad antes de contraatacar. Un comando de las fuerzas especiales penetró entonces en los dormitorios para rescatar a los cadetes.
“Irrumpieron y empezaron a disparar a quemarropa. Comenzamos a gritar y a correr por el pabellón”, relató más tarde uno de los supervivientes citado por la agencia Reuters.
El ISIS se responsabilizó del asalto en un comunicado difundido a través de la agencia Amaq, uno de sus órganos de propaganda en Internet. Sin embargo, con anterioridad, el general Afgan aseguró que había interceptado comunicaciones que apuntaban a una facción de Lashkar-i-Jhangvi (LJ), uno de los más violentos grupos yihadistas suníes que actúan en Pakistán. Si se probara tal extremo, es posible que el ISIS haya encontrado un nuevo aliado.
Las autoridades, que en el pasado han acusado a LJ de estar en connivencia con Al Qaeda, niegan que el ISIS tenga una presencia organizada en el país. Sin embargo, los medios paquistaníes informan a menudo de redadas y detenciones contra presuntos miembros de esa organización. Además, sus dirigentes no ocultan su deseo de constituir una nueva provincia de su ahora menguante califato a ambos lados de la frontera afgano-paquistaní, territorio al que se refieren como Jorasán.
El pasado agosto, esa organización ya se atribuyó la autoría del atentado que mató a 73 personas en el hospital de Quetta, y que también reclamó Jamaat-ur-Ahrar, una facción de los talibanes paquistaníes. Baluchistán es una de las regiones más problemáticas de Pakistán. Grupos de distinto signo llevan años atacando a las fuerzas de seguridad. La propia academia de policía, situada a 13 kilómetros al este de Queta, ya fue objetivo de los insurrectos en 2008 y 2006.