Mueren 70 miembros del Daesh en Iraq por bombardeos
Bombardeos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos (EE.UU.), provocaron la muerte de 70 miembros del autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe), incluyendo el comandante de ese grupo yihadista en la región iraquí de Faluya.
Además, los bombardeos ocasionaron la huida de centenares de civiles que vivían en esa ciudad, confirmó un portavoz militar estadounidense en Bagdad.
De acuerdo con el coronel estadounidense Steve Warren los últimos cuatro días unos 20 ataques en la sitiada ciudad de Faluya acabaron con depósitos de armas y posiciones de combate del Daesh.
“Hemos matado a más de 70 combatientes enemigos, incluyendo a Maher Al-Bilawi, el comandante de las fuerzas del ISIL en Faluya”, confirmó Warren.
Los yihadistas murieron durante ataques simultáneos por aire y tierra ejecutados por la coalición. Los terroristas también fueron duramente golpeados en la provincia siria de Raqa.
Además de Raqa, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), aviones de la coalición, principalmente de Estados Unidos, intensificaron los bombardeos contra posiciones yihadistas. Como resultado de los bombardeos 31 combatientes del Daesh han muerto.
Los ataques fueron dirigidos contra posiciones del Daesh en los alrededores de Tal Abyad y Ain Issa, las dos únicas ciudades de Raqa que no han caído en manos de los yihadistas y están controladas por tropas kurdas.
Preocupación por civiles atrapados en Medio del Combate
El Consejo de Seguridad de la ONU debatirá el viernes sobre la situación humanitaria en Siria, donde más de 280 mil personas han muerto y millones han tenido que abandonar sus hogares desde el inicio del conflicto en 2011.
El fundador del grupo de activistas Raqa is Being Slaughtered Silently (Raqa está siendo masacrada en silencio), Abu Mohamed, dijo que los civiles pagan a traficantes unos 400 dólares (360 euros) por persona para salir de Raqa.
En Raqa, considerada como la “capital” de facto del Daesh en Siria y donde viven unas 300 mil personas, los yihadistas impedían a los civiles salir de la ciudad y, según organizaciones de derechos humanos los utilizan como “escudos humanos”.
