Evidencia de que el conflicto sirio ha llegado a una etapa crítica
"Una clara evidencia de que el conflicto sirio ha llegado a una etapa crítica llega con el anuncio de Arabia Saudita de que, junto con los EAU y Baréin, afirma estar dispuesta a enviar tropas a Siria para derrocar a Al Assad con el pretexto de luchar contra el EI", opina el escritor y analista político John Wight en su nuevo artículo titulado ‘La Casa de Saud pierde la cabeza respecto a Siria’ para RT.
Según Wight, cuatro meses atrás, el destino del Gobierno de Al Assad parecía casi sellado. Las fuerzas de la oposición, dominadas por varios grupos yihadistas, en particular el Frente Al Nusra, ganaban territorio, lentamente pero con seguridad.
Apoyados a través de la permeable frontera de Turquía, el tiempo obraba a su favor, mientras que se hacía claro que la pregunta era ‘cuándo’ caería Assad y no ‘si caería o no’. Tal resultado se resumiría en un desastre completo, tanto en términos de la matanza que continuaría, como en una crisis de refugiados mucho más grande que la que ocurre hoy en Europa.
El papel de Rusia y la desastrosa intervención occidental
Cuatro meses después, las acciones de Rusia han transformado por completo la situación sobre el terreno. Cerca de la frontera con Turquía, el EI está siendo empujado por las Fuerzas Democráticas sirias, compuestas principalmente por kurdos apoyados por ataques aéreos rusos.
El foco principal del conflicto transcurre en los alrededores de Alepo, el último gran bastión de las fuerzas de la oposición. Los oponentes de la operación militar rusa en Occidente han llegado a acusar a Moscú de estar más preocupada por asegurar la supervivencia del gobierno de Assad que por la lucha contra el EI.
Según el politólogo, la "idiotez" de esta argumentación se hace evidente al ver que el EI y Al Nusra serían los principales beneficiarios de la caída del Gobierno de Al Assad. Así, Wight sostiene que en el caso del colapso de Al Assad, no hay una alternativa democrática al estilo occidental que esté lista para tomar el poder en Damasco y que sea capaz de prevenir la destrucción de Siria.
El veneno del sectarismo
De acuerdo con Wight, cuando Arabia Saudita no masacra a la población civil en Yemen, está cortando cabezas en casa. En su objetivo más amplio, de establecer un Estado sunita en Siria, el país está apoyado por sus aliados del golfo y Turquía, donde "Erdogan continúa albergando ambiciones neo-otomanas". Como resultado, el conflicto, que cuesta vidas humanas, se ha prolongado, destaca el político.
Sin embargo, su hipocresía ha tenido su impacto, puesto que Erdogan se enfrenta con una ola de refugiados que huyen de Alepo, y los saudíes se dan cuenta de que Washington no está dispuesto a arriesgarse a verse envuelto en un segundo pantano en Oriente Medio desde el 9/11.
Aquí se hace más clara la absurda idea de Riad de enviar tropas a Siria, añade el analista. Este hecho tiene todas las características de un intento de forzar la mano del Gobierno de Obama en la participación de EE.UU. como un bastión contra el papel de Rusia para cambiar el desarrollo del conflicto desde tierra.
El analista destaca que cualquier intervención saudí se extendería no con el objetivo de luchar contra el EI, sino para derrocar a Al Assad. Este es el objetivo final de la política saudí, que se refleja en la amenaza de enviar a sus propios soldados a la masacre. Si esto llegara a pasar, no acabaría con el derrocamiento de Al Assad en Damasco, sino más bien con un cambio de régimen en Riad, concluye el escritor.