Política

Lorena Freitez: La chica del socialismo recargado

Los aficionados a revisar la historia actual mediante los videos afirman que fue otra de sus fulgurantes incursiones en la televisión lo que dio el impulso final para que el presidente Maduro la designara como integrante del gabinete

La nueva ministra de Agricultura Urbana es de las personas que primero impresionan con su pinta y luego con su verbo. Así fue cuando el comandante Chávez la presentó en sociedad, en 2011, y así es ahora, cuando el presidente Maduro la ha incorporado a su gabinete

Como muchas otras figuras del proceso revolucionario, Lorena Freitez nació (para el gran público) durante un acto con el presidente Hugo Chávez. Corría octubre del año 2011 y el Comandante, ya con signos físicos de la enfermedad (y, sobre todo, del tratamiento), le dio la palabra a esta joven como vocera del Núcleo Endógeno Cultural Tiuna el Fuerte. La chica impactó antes de comenzar a hablar por su bella estampa, pero luego de que se lanzó aquel discurso, dejó a medio mundo babeándose.

Con su aire de modelo de MTV, declaró que los integrantes de ese movimiento cultural, con sede en El Valle, se identificaban mucho con la idea de establecer el Gran Polo Patriótico (tal era el motivo del acto político de ese día), pues dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela no se sentían del todo cómodos. Habló de la inconformidad como una característica de la juventud revolucionaria. “Nosotros no queremos venir aquí solo a cantar o bailar, queremos tomar la palabra, proponer algo en términos de igualdad y demostrar que nuestra palabra vale”, dijo.

El Comandante fue uno de los babeados, al punto de que la dejó hablar durante varios minutos, durante los cuales la moza ametralló sus puntos de vista sobre la política cultural, el rol de los jóvenes en una sociedad socialista y la necesaria democratización interna de la Revolución. “No queremos ser beneficiarios, gente que se conforma con que le den un espacio para practicar su manifestación cultural, sino participar en espacios de poder, donde se tomen decisiones”, expresó. Y Chávez, luego de bromear acerca de su interés en aprender break dance (una de las expresiones que se cultivan en Tiuna el Fuerte), señaló que “más de acuerdo con todo lo que ha dicho Lorena no podría estar”.

Transcurridos poco más de cuatro años de aquel “debut en la sociedad mediática”, encontramos a Lorena Freitez convertida en ministra para la Agricultura Urbana, cargo al que entró de un modo inesperado, tras el fin de la brevísima gestión de Enma Ortega, quien solo estuvo dos semanas en el cargo (sin que se sepa la razón, dicho sea de paso).

SOCIALISMO RECARGADO

Los aficionados a revisar la historia actual mediante los videos afirman que fue otra de sus fulgurantes incursiones en la televisión lo que dio el impulso final para que el presidente Maduro la designara como integrante del gabinete. El día 20 de enero, su linda figura engalanó la pantalla tempranera de Venezolana de Televisión y, tal como ocurrió en 2011, su coherente discurso político opacó incluso su linda figura. ¿Se entiende?

Freitez, una psicóloga social egresada de la Universidad Central de Venezuela, volvió a emitir ráfagas de ideas difícilmente resumibles en pocas líneas. Una de las más importantes fue que no es cierto que el electorado haya dictaminado el 6 de diciembre el fracaso del modelo, como lo pregonan ufanamente los líderes opositores. “Lo que el pueblo quiere es una evolución del modelo, un socialismo recargado que incursione en otros campos, en la distribución de los recursos y en la manera de gobernar”.

Bien sea porque el presidente Maduro estaba viendo El Desayuno o porque ya venía pensando en ella como funcionaria de ese nivel, lo cierto es que al día siguiente del programa, Lorena ya era ministra y las redes sociales ardían en comentarios machistas basados en la diferencia de edad entre la titular saliente y la entrante. Ante la oleada de cizaña, Freitez escribió en su cuenta Twitter (@lorenafreitez): “Expreso mi máximo respeto a la compañera @enmarortega maestra-referente de las causas agroalimentarias nacionales”.

No fue un salto desde la nada, burocráticamente hablando, pues Freitez había sido previamente viceministra para Formación Comunal del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales. Allí se dedicó a impulsar el programa Jóvenes del Barrio y las Olimpíadas Comunales. El extitular de ese despacho, Reinaldo Iturriza, tiene una gran opinión acerca de ella: “Lorena es inteligente, tenaz, coherente con lo que ha significado históricamente el chavismo, entiende de manera cabal la necesidad de reinventar nuestras formas de hacer política”.

“¿Y ESA NIÑA SIRVE PA’ ESO?”

En algunos medios, incluso revolucionarios, se han expresado dudas acerca de la capacidad de Freitez para el tema específico de la agricultura urbana. Los comentarios nuevamente parten de las apariencias. Ella no luce como una doña que cuida sus maticas. En voz baja, algunos camarada preguntan: “¿Y esa niña sirve pa’ eso?”.

Los defensores de la decisión del presidente Maduro alegan que la ministra de Agricultura Urbana no tiene por qué tener un huerto en su apartamento, lo importante es que pueda liderar el proceso de vuelta de la mirada de la colectividad hacia la microproducción agrícola. De esa capacidad, son pocos los que tienen dudas, especialmente luego de verla en acción en el plano de la organización popular.

Pese a su juventud, Freitez ya acumula larga experiencia en eso de estar en asambleas y reuniones con las bases. Hija de una pareja de sociólogos izquierdistas del estado Lara, sabe desde niña lo que son esos trotes. Se pasó la infancia y la adolescencia en reuniones en barrios y con cooperativas. “La idea de participar fue un principio de hogar”, puntualiza.

El valor de familia quedó bien cimentado, pues la joven Lorena siguió metida en la candela de las luchas populares mientras estudiaba Psicología en la Universidad Central de Venezuela (núcleo Maracay). Se involucró con el grupo Voces Latentes, dedicado a trabajar con adolescentes privados de libertad. “Esa es una realidad muy cruda. Quisimos creer en los que nadie cree. Lo primero que nos decían era que no lograríamos nada, que eran unos monstruos. Pero sí pudimos, nos encontramos con seres cargados de sensibilidad, que cuando se les trató como iguales, tuvieron una explosión de creatividad”, relató Freitez en una entrevista a Ciudad CCS en 2011.

Ya formada como psicóloga social, se vinculó con Tiuna el Fuerte, una expresión cultural nacida de las entrañas de El Valle y sus alrededores, en un espacio en el que antes solo había chiveras automotrices y humanas. “Esa ha sido otra lucha de jóvenes en los que nadie creía: pelúos, locos, roqueros, comegatos… Nos propusimos demostrar que lo que hacemos también es política, aporta a la transformación del país. Eso nos exigió forjarnos con sufrimiento y frustraciones”, contó.

A través de Tiuna del Fuerte, la ahora ministra entró en contacto con un movimiento mayor que abarca diversas zonas de Caracas y de otras ciudades: un mecanismo de encuentro de colectivos culturales urbanos al que se ha llamado Red de Acción y Distribución Artística (Redada), un acrónimo con sabor irónico, pues la redada (o huir de ella) era el patético día a día de los jóvenes cultores en otras épocas, especialmente si tenían las características enumeradas por Freitez.

También le ha quedado tiempo para alternar con intelectuales y académicos, pues ha publicado trabajos para el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag). Allí aborda temas espinosos como la violencia urbana y la desigualdad entre la juventud, pero también otros, muy vinculados a su quehacer, como la cultura de las tribus urbanas.

Ahora cabe esperar que también escriba sobre agricultura en las ciudades.

ARRANCADA EN FA

Fiel a su estilo, Freitez no ha tardado nada en arrancar ni en agarrar la sobremarcha. Según su propio relato en las redes sociales, ya ha comenzado a recorrer el país “activando el motor agropecuario nacional”.

Las burlas de la oposición y de sus medios y la invectivas sobre la salida de su predecesora no la han amilanado. Tiene la ventaja de estar vacunada contra el qué dirán. Ya sabe lo que es ver gente escandalizada de que una muchacha del colegio San Vicente de Paúl de Barquisimeto se haya metido a chavista y ande para arriba y para abajo con los chamos más fritos de Caracas.

Hasta dentro de la Revolución está acostumbrada a las miradas reprobatorias por ser como es. Por ejemplo: cuando en algún acto público confiesa que le gusta el reguetón, muchos bolivarianos sufren una gran decepción, aunque —justo es decirlo— hay otros que se babean más de lo que ya estaban.

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