Bogotá: Una ciudad invadida por la indigencia
En 2007 había 8.000 habitantes de calle; hoy hay 15.000
Drogas más peligrosas que hace una década, desplazamiento desde otras ciudades del país y una fallida intervención en el Bronx son algunas de las causas que, según el Distrito, generaron un aumento dramático de personas en las calles. A la par, el negocio del microtráfico crece: se estima que al día mueve 800 millones de pesos entre bazuco y cocaína.
Hasta hace dos años se concentraban en el centro, en zonas ampliamente reconocidas como el Bronx y Cinco Huecos. Pero los planes de intervención, contrario a generar un efecto positivo, causaron un desplazamiento hacia otras localidades. Se estima que hay casi 3.000 cambuches, ubicados en localidades como Puente Aranda, Kennedy y Mártires.
El microtraficante de bazuco y cocaína se mueve a la par del habitante de calle. Por cada diez pesos que consiguen, nueve van a parar a las ollas, a partir de tres formas de conseguir plata para adquirir la droga: reciclando, pidiendo limosna o robando. Un informe del Centro de Estudios y Análisis de la Secretaría de Gobierno revela que 1.100 indigentes reconocen que atracan para poder comprar drogas.
La ansiedad por conseguir el dinero, venganzas y deudas generaron un grave impacto entre quienes tienen a la calle como hogar. En el año 2014 fueron asesinados 48, para el año 2015 los casos se dispararon y, según el reporte de medicina legal, se registraron 61 casos.
En cuanto al desplazamiento desde otras ciudades, el Distrito señala que desde el Valle del Cauca, Tolima, Caldas y Boyacá es permanente el envío de habitantes de calle, gracias a decretos que buscan el retorno a sus ciudades de origen. Pese a no tener documentos, llegan a engrosar la lista de consumo y abandono.
Salir de las calles es una misión casi imposible. Son pocos los que logran dejar el vicio. Uno de los ejemplos más recordados es José Iglesias, un ingeniero que vivió durante diez años en el cartucho y logró rehabilitarse. Diez años después la voluntad y el tratamiento no fueron suficientes: nuevamente lo encontramos perdido en el consumo.