Opinión

Yo, el emperador

La historia es la ciencia que estudia el pasado y el devenir del tiempo. El que estudie la historia, el que analice y escudriñe en sus hechos, podrá acercarse a la verdad

La historia es la ciencia que estudia el pasado y el devenir del tiempo. El que estudie la historia, el que analice y escudriñe en sus hechos, podrá acercarse a la verdad. La evolución de los pueblos de América Latina ha sido cruenta. La invasión europea arremetió contra nuestros pueblos originarios, desmembró nuestras culturas y -en una política genocida- arrasó con millones de habitantes de estas tierras.

El Imperio español sabía lo que hacía. Por ello, diseñó una estructura político-administrativa que se ajustaba a sus intereses coloniales: virreinatos, capitanías generales e intendencias, que le permitieron manejar instancias de sujeción de la población por medio de la Iglesia católica para implementar el esclavismo y poder extraer las riquezas de nuestro suelo.

Así, en la América colonial se conocieron figuras políticas llamadas virreyes, capitanes generales, intendentes; amén del poder omnímodo de obispos y arzobispos. El Libertador dijo con absoluta pertinencia e indignación: “Es que trescientos años de coloniaje no bastan”. Los años de la guerra de independencia -también llamada la guerra larga- y luego de erigidas las repúblicas soberanas, no evitaron la presencia de tropas invasoras en nuestro continente.

En el siglo XIX aparece la figura del emperador que no correspondía a nuestras realidades. En México se instaló el II Imperio francés con Maximiliano (1864-1867). En Brasil, por los conflictos en Europa, la corona portuguesa se radicó a lo largo del siglo (1822-1889) y conformó el trono imperial de Brasil. Luis XIV, monarca francés, había dicho: “L’ état, c’est moi”. Hoy, Barack Obama, en una postura supranacional, ultracolonial y megaimperial, dice: “Yo, Barack Obama, por la autoridad investida en mí… declaro… y dispongo… etc., etc.”.

Distintos pueblos del mundo han dado su apoyo a Venezuela condenando la injerencia gringa y exigiendo la derogatoria de la medida ejecutiva tomada por Obama de manera unilateral y personal, antisoberana y violatoria del derecho internacional público. A 10 días de tal exabrupto, la Unasur, la Alba-TCP, la Celac, Petrocaribe, el Mnoal, el Foro de Sao Paulo, China y Rusia se han pronunciado en defensa de Venezuela condenando a los Estados Unidos y respaldando a la patria de Bolívar.

Asalia Venegas S.

/N.A

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