Vamos a platicar

“Vamos a platicar la cosas de los dos/ No tiene caso ya callar nuestra verdad/ Si habremos de seguir será sin condición/ Si tienes que partir aquí tengo tu adiós…” La letra de esta canción interpretada por Los Terrícolas y radiada por su emisora favorita Mundial Margarita(1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve), la escuchaba el periodista Pedro Cuartilla y pensó: “En verdad que en muchos episodios de la vida la gente tiene que dialogar y así arreglar ciertos asuntos de interés mutuo. Es lo que decían los viejos de mi pueblo de Tacarigua: “Hablando se entiende la gente”. Así de simple y sencillo. Sin  duda alguna”.

 

El reportero, quien estaba en su hamaca oyendo el programa “La Canción del recuerdo”, se paró y se dirigió a la computadora y ahí empezó a leer las informaciones y vio que el enviado del Papa, Claudio Celli, dijo, palabras más, palabras menos: “En mi pueblo se dice que el que empieza, lleva medio camino andado”. Ahí el periodista, reflexionó pensando en sus antepasados: “Eso también lo decían los viejos de mi terruño: el que no comienza, no termina”.

 

Pedro Cuartilla siguió revisando páginas y fue ahí que recibió la llamada de su amigo Pedro Cachamay, quien, después  de los saludos respectivos, señaló: “Espero, amigo Cuartilla, que la oposición entienda de una vez que somos venezolanos todos y entre todos tenemos que solucionar nuestros problemas, no podemos seguir pensando que vengan otros de afuera a meter sus patas en un patio que no es de éllos, sino de todos los venezolanos. Por tal motivo, aspiro que la oposición, ya se olvide de golpes de estados, de sabotajes petroleros, de salidas, de guarimbas, de ofensas contras las mujeres y sembrar odio de una u otra manera, y aporte sus ideas, sus proyectos y planes para que la Patria corra libremente por la sabana de la soberanía y crezca y se desarrolle con la fuerza de los brazos de todos los que vivimos aquí y así enorgullecernos de tener el país más grande, más bello y más feliz de la pelotica del mundo”.

El periodista viendo por la ventana de su cuarto, como unas gotas venidas del firmamento trazaron unos tonos de verdes en la cima de los cerros aledaños, respondió: “Ojalá que Dios, la Virgen y el Papa, hagan el milagro y esas palabras tuyas las tome en cuenta la oposición y podamos vivir en paz, pues lo merecemos”.