Opinión

¿Una nueva oposición?

El resultado de lo sucedido en escasos 12 meses lo está viviendo el país de manera inequívoca

1 Los senderos de la política son impredecibles. Acciones y reacciones se disparan en medio de inusitadas circunstancias que, muchas veces, exceden las predicciones de aquellos que en apariencia dirigen. No es una proyección lineal lo que caracteriza a la política. Es la sinuosidad determinada por lo económico, lo social, lo cultural. ¿Qué se impone en definitiva? ¿Qué predetermina el curso del acontecer político?

2 Veamos: Hace aproximadamente un año analistas políticos, estudiosos de las tendencias de la opinión pública, encuestadores, y postinudos interpretes de la realidad nacional, afirmaban que el chavismo había desaparecido, que dejaba de ser una fuerza poderosa, y que no ganaría una elección más. Incluso, en tono de burla, pronosticaban que el chavismo ni siquiera vencería en una elección de junta de condominio.

3 Un año más tarde la situación cambió. Los más agudos analistas, los que habían anunciado la muerte ideológica y electoral del chavismo, los heraldos de la desaparición del más poderoso movimiento de masas de Venezuela, reaccionaban sorprendidos ante el renacer del chavismo. Unos manifestaban no entender que un movimiento, aparentemente agotado, resurgiese con el vigoroso impulso movilizador del pueblo, al extremo de ganar en un corto lapso, con abrumadora ventaja, varias pruebas comiciales, y reconocer que la situación para el presidente Maduro había pasado, de un precario apoyo popular, a lograr la primera opción para ser reelecto presidente.

4 ¿Qué ocurrió durante esos meses para que cambiara, en forma tan radical, la realidad política del país? ¿Se subestimó una vez más la fuerza del chavismo? Sin duda que sí. Porque en los componentes del antichavismo -derecha y ultraderecha nacional e internacional- la evaluación que se hace del movimiento fundado por Hugo Chávez es deprimente. Se le niega la condición de factor político sólidamente vinculado al sentimiento popular y de expresión auténtica de la aspiración de cambios en el país.

5 ¿Qué pasó con la oposición? ¿Acaso no fue determinante la conducción errática del núcleo dirigente, la arrogancia que la caracterizó? ¿Cómo influyó el culto a la violencia, las guarimbas, el desprecio por el diálogo, la ambigua actitud respecto al hecho electoral y la desnacionalización del centro de dirección?

6 En concreto, durante ese año turbulento -2017-, en el cual se manifestaron agudas contradicciones e insólitos equívocos, terminó imponiéndose la racionalidad de los dirigentes de un sector -el chavismo- a la irracionalidad de quienes comandaban al otro sector -la oposición. Se impuso la unidad frente al fraccionalismo. El chavismo impulsó su política en la dirección correcta, con un planteamiento fundado en el llamando a la paz y al diálogo; en tanto que del otro lado del escenario privó el accionar fascista, el discurso tremendista, racista y excluyente.

7 El resultado de lo sucedido en escasos 12 meses lo está viviendo el país de manera inequívoca. Aun cuando el delicado tema económico se mantiene y se agrava, la situación política experimentó un cambio espectacular. La violencia desapareció del escenario, el diálogo recobró la iniciativa y la crisis de la oposición desembocó en lo que presagiaba la crispada situación interna del sector: la división. Lo cual permitió acuerdos que mejoran el desarrollo del proceso electoral, producto del nuevo clima imperante. Fruto de esta situación es, también, la aparición de lo que podemos llamar “una nueva oposición”, donde destaca la figura de Henri Falcón, de incierto futuro electoral, pero convertido en realidad. Así como la victoria de Nicolás Maduro el próximo 20 de mayo.

Laberinto

– ¿Cuándo harán los dirigentes de la oposición un ejercicio sincero sobre su fracaso político? ¿Esperarán a que la derrota cuaje el 20 de mayo para reconocer equivocaciones, errores, torpezas y, sobre todo, su tremenda desconexión con la realidad?…

– No hay derecho a tanta impunidad. A tanta resistencia a reflexionar y a responder a sus seguidores, muchos de ellos gente humilde que creyó en ellos…

– Algunos amigos que mantengo en ese mundo me refieren, frecuentemente, la frustración que los embarga y la reacción que les provoca rechazo total, porque se sienten engañados. Me comentaban algunos que los dirigentes nunca explican las causas de las sucesivas derrotas y siempre atribuyen a otros la responsabilidad…

– Cuando uno escucha a un analista como Luis Vicente León explicar -como lo hizo en mi programa de TV- las razones por las que la oposición está postrada, entiende la situación: se trata de una oposición que ni siquiera oye a sus amigos más consecuentes…

– ¿Qué hacer? Ojalá que el desprendimiento de un grupo de dirigentes y partidos de la patética MUD constituya el primer paso para la conformación de un tipo de oposición respetuosa de la Constitución, contraria a la violencia y defensora de la soberanía nacional. El país la necesita y también el Gobierno, ya que la que existe es una vergüenza. Por ejemplo, la que representa el diputado Luis Florido, quien manifestó que aplaudía la declaración del Gobierno norteamericano prorrogando la vigencia de la emergencia nacional frente al supuesto peligro que representa Venezuela, decretada durante la presidencia de Obama en 2015. Igual la de Julio Borges, quien sostiene que “Venezuela se ha convertido en un peligro para la región”. ¿Son venezolanos, o qué son, los dirigentes opositores que con su conducta y mensajes auspician la intervención extranjera en el país?…

– Durante 35 años estuvo preso en cárceles de EEUU, Oscar López Rivera. Fue objeto de todo género de infamias, tortura sistemática, la aplicación de prácticas para quebrarlo, pero no lo pudieron lograr. Fue más poderoso este puertorriqueño, escudado con su moral y la lucha por la libertad de su pueblo, que los verdugos del imperio…

– Algún día saldrán a la luz pública los aspectos más sombríos de la posición del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Sus traiciones al pueblo colombiano, en primer lugar. La manera como le entregó al Pentágono las bases militares instaladas en territorio colombiano. La artera política que concibió para desestabilizar a Venezuela. La doblez con que maneja temas como paramilitarismo, contrabando de productos de este lado de la frontera…

-Santos se ha convertido en el jefe de la estrategia destinada a convertir a Venezuela en el problema de la región. Avanza, apoyándose en el Gobierno norteamericano…Su actitud sobre la paz en su país, vías de fracasar como lo demuestran los miles de asesinatos de líderes sociales y la impunidad con que actúa el paramilitarismo -conjuntamente con la Fuerza Armada-, no es otra cosa que la parte más sórdida del impulso que le está dando a la política santista. Por eso ha jugado papel fundamental en la descalificación del diálogo. Ha llegado al extremo de plantear el desconocimiento de la ANC, del proceso electoral y de todo cuanto es materia de competencia nacional. Todo cuanto hace Santos confirma la existencia de planes que apuntan hacia un desenlace bélico.

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