Opinión

Una masacre y la perrarina

 Pedro Cuartilla en el twitter @Yvkemargarita de su emisora preferida Mundial Margarita (1020AM, 92.9FM y www.radiomundial.com.ve) escuchó el programa: “La misteriosa desaparición del buque “Ciudad de Porlamar”, que trata de la desaparición en el año 1967 de 14 pescadores margariteños y a la fecha nadie sabe de su paradero y por lo cual pensó: “Ahora que estamos dignificando a los mártires, las autoridades deberían abrir una investigación, pues por lo que hemos indagado esa fue una masacre con fines políticos, pues el Capitán del barco Hermógenes García y el resto de la tripulación eran militantes de izquierda de aquella época y por ende en contra de aquellos regímenes oprobiosos.

Más tarde el periodista abrió la página web de Yvke Mundial (www.radiomundial.com.ve) y leyó el artículo: “Polar/Cargill: Fábricas de verdugos” (http://www.radiomundial.com.ve/article/polarcargill-f%C3%A1bricas-de-verdugos) del profesor y actual Premio Nacional de Periodismo, Carlos Zavarce, sobre la escasez y el alto costo de la perrarina y entre cosas afirma: “Los alimentos para animales en Venezuela, básicamente están en manos de dos empresas: Polar y Cargill, socias en los silos, en los sistemas de distribución, en el control del casi el 100% del mercado legal (el resto es clandestino) , y en el manejo de los 30 mil puntos de venta al detal…”

Más adelante Zavarce manifiesta: …”ambas empresas decidieron golpear el corazón de los amantes de los animales de una manera moralmente mortal: los han puesto a decidir entre sobrevivir ellos o dejar morir a sus fieles compañeros. Hace seis meses, un saco de 20 kilos de alimento para perros costaba entre 3 y 5 mil bolívares. Hoy está esa misma presentación en 40 mil bolívares. Y el kilo de comida para gatos simplemente es incomprable”.

 Pero lo más grave, a decir del articulista, es que estas empresas también se han unido tanto en el golpe de estado del año 2002 y ahora en este año en la simplificación productiva, que ha golpeado a los sectores más necesitados, es decir estos empresarios han actuado en contra de un pueblo inocente y que quiere vivir en paz, porque “tranquilo se vive quieto”, como lo decía un viejo de la Tacarigua de Margarita.

 El reportero al terminar de leer el artículo, pensó en sus seis perros y meditó: “El gobierno debe tomar medidas fuertes en contra de este monopolio prácticamente y aplicar la sentencia: “dura lex sed lex”.

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