Una bióloga lucha para salvar al mono araña en Caparo
Diana Duque Sandoval es una mujer menuda, pero no hay que engañarse con ella, porque sobre sus hombros descansa un propósito personal de largo aliento: salvar los monos araña que viven en la reserva de Caparo, en el estado Barinas.
Duque Sandoval es bióloga egresada de la UCV. El afecto por esta especie no fue algo que nació en ella de la noche a la mañana. “Durante la carrera siempre quise estudiar mamíferos y fauna silvestre, tenía la idea de dedicarme a las especies más necesitadas y en peligro de extinción”, señala la investigadora.
Es así como llega al mono araña, del que “casi no se sabía porque poca gente lo estudia”. Sin embargo, su tesis de licenciatura no fue con mamíferos, sino con anfibios, con el apoyo de la Fundación La Salle.
Pero en el posgrado sí retomó su viejo amor: los mamíferos, especialmente los primates. Para ello comenzó a buscar sitios donde fuese más fácil observarlos. “Primero estuve en el Parque Nacional Guatopo, pero era difícil hallarlos, y buscando otros sitios encontré Caparo, donde queda un campamento de la Universidad de Los Andes (ULA)”, relata Duque al Correo del Orinoco.
Allí se encontró no solo con 7 mil hectáreas de bosque, sino con un espacio en el que se debía hacer un esfuerzo para proteger la fauna. Por ello “vi la necesidad de crear un proyecto que permitiera ayudar a conservar ese lugar”,
El braceador del bosque
La bióloga precisa que el mono araña con el cual ella trabaja (Ateles hybridus) reside en varias zonas del país, como la Sierra de Perijá, algunos bosques de la cuenca del lago de Maracaibo y los llanos occidentales, además de Barlovento y Guatopo.
El Ateles hybridus “habita solo en Venezuela y en Colombia, y en ambos países hay altas tasas de deforestación”, denuncia. Como el lugar de residencia de este mamífero son los bosques primarios, la pérdida de esa casa de hojas -más que sus depredadores como el águila arpía- es lo que más lo amenaza en la actualidad. “De acuerdo con El Libro Rojo de la Fauna está en peligro, y a escala mundial se halla en peligro crítico”.
Este mono araña se alimenta con frutas -como la de la palma de agua, detalla Duque- y también con hojas y flores.
“Por ser consumidores de frutas son muy importantes para la dispersión de semillas, consumen la semilla entera y la dispersan al defecar; su rol es importante para el mantenimiento de la dinámica del bosque”, ilustra.
Es braceador, o lo que es lo mismo, utiliza los brazos para moverse en el bosque “y emplea la cola como una quinta extremidad”. Cuando llega la noche se refugia en árboles altos.
Vive en grupos grandes de hasta 26 individuos (más hembras que machos), “pero durante el día se separan en subgrupos y cada subgrupo va a un sitio diferente a buscar la comida”.
Se toma su tiempo para la reproducción: “Se reproducen cada dos años. La cría está con la madre hasta los tres años.
El embarazo dura 220 días, uno por vez”. Resulta obvio que la población de Ateles no crece rápidamente; posiblemente es más veloz la afectación de su hogar verde que la velocidad con la que se multiplican sus individuos.
Darlo a conocer
Cuando se trata del mono araña, a criterio de la bióloga, son más las preguntas que las respuestas. Por ejemplo: “Comencé a hacer un estudio en Caparo, para mi tesis de posgrado, sobre densidad poblacional; habría que hacer este trabajo a escala nacional”.
Una de las tareas que se ha impuesto es dar a conocer la especie con la esperanza de que pueda ser tomada como emblemática para la nación, igual que lo es el oso frontino (replicado en uno de los billetes de uso corriente). “Queremos que se tome en cuenta al mono araña para las publicaciones y sembrar así en niñas y niños el conocimiento de los primates”, alienta.
El Proyecto Ateles surge en 2012, de acuerdo con su creadora, “por la necesidad de conservar a largo plazo el mono araña en Caparo, uno de los lugares que está más amenazado”. Se busca, en primer lugar, investigar, lo que implica incorporar a estudiantes e investigadores de Venezuela y de otros países.
Mas Duque también se propone “implementar acciones de conservación ambiental, proteger el bosque” y hacer educación ambiental. El año pasado “una voluntaria de Perú nos ayudó con las escuelas de la zona para educación ambiental”, relata.
“Queremos incorporar a la comunidad para que se sienta orgullosa de tener el bosque y sus monos”. Caparo se encuentra en la jurisdicción de la alcaldía de Andrés Eloy Blanco; alrededor del bosque hay y.
Hasta la fecha Duque ha recibido apoyo financiero ocasional. Contó con recursos internacionales con los cuales pudo sostener tres investigaciones: sobre comportamiento alimentario, sobre comportamiento de monas solitarias y sobre distribución de la especie en los parches de bosque que quedan en los alrededores.
Ahora mantiene la iniciativa por su cuenta, con el respaldo de la ULA, así como también el apoyo de la Fundación Probiodiversa. Su requerimiento más urgente es un vehículo que le permita desplazarse en un territorio enorme.
La bióloga insiste en que es un lugar que tiene un gran potencial para el ecoturismo, en el que las observadoras y los observadores de fauna se darían banquete, y por ello solicita el apoyo de los ministerios de Turismo y de vivienda y ecosocialismo, al igual que de la Gobernación de Barinas.
Su próxima meta: crear una estación biológica, siempre y cuando instituciones públicas y empresas privadas se animen a participar.