Un día como hoy se firma el Tratado de Coche que pone fin a la Guerra Federal
El gobierno de Páez se vio en la necesidad de aceptar un diálogo con los líderes de la Federación, dada la caótica situación política y económica en que se hallaba sumida Venezuela desde 1862
Hace 152 años, un día como hoy, se firmó el Tratado de Coche, acuerdo mediante el cual finalizó de manera formal, después de cinco años de combates fratricidas, la Guerra Federal.
En la hacienda Coche, próxima a Caracas, Pedro José Rojas, secretario general del entonces jefe supremo de la República, José Antonio Páez, y Antonio Guzmán Blanco, secretario general del presidente provisional de la Federación, Juan Crisóstomo Falcón, se reunieron aquel día para establecer un convenio que, tras las objeciones de algunos jefes federales, ellos mismos confirmarían, después de modificado, el día 25 de mayo de 1863.
El gobierno de Páez se vio en la necesidad de aceptar un diálogo con los líderes de la Federación, dada la caótica situación política y económica en que se hallaba sumida Venezuela desde 1862. Los principales líderes del partido conservador, entre quienes figuraban Manuel Felipe de Tovar, Pedro Gual, Ángel Quintero y Pedro José Rojas, encabezaban fracciones antagónicas dentro de un bando político seriamente dividido.
Sin recursos económicos suficientes para mantener un presupuesto regular o para la organización de un Ejército capacitado, Páez contrajo deudas con prestamistas de Inglaterra, tratando de conseguir recursos económicos para superar la difícil situación fiscal, pero al hacerlo aceptó condiciones de franca desventaja para el país y, al confiar el manejo de aquellos fondos a representantes y comisionados inescrupulosos, desacreditó totalmente su régimen y propició su salida del poder.
Los federalistas, en cambio, ganaban fuerza día a día ante la deserción de importantes contingentes «godos» y por la acertada actuación de sus principales líderes, entre los cuales se contaban Juan Crisóstomo Falcón, José Tadeo Monagas, José Eusebio Acosta, Juan Antonio Sotillo, León Colina, Jorge Sutherland y Francisco Linares Alcántara.
Además, la incorporación de Antonio Guzmán Blanco a la dirección de la guerra como jefe de operaciones del centro, dio mayor cohesión al movimiento, convirtiendo al mismo en una fuerza marcadamente dominante en todo el país.
Ante la inminente victoria militar de las fuerzas de la Federación, tras todas las muertes y la desolación que dejó la guerra, los representantes de Falcón y Páez se reunieron a puertas cerradas y convinieron establecer la paz y convocar una Asamblea Nacional, la cual estaría conformada por 80 miembros, de los cuales la mitad sería elegida por el jefe supremo y la otra mitad por el presidente Provisional de la Federación, ante quienes renunciaría Páez para facilitar el nombramiento de un Ejecutivo transitorio.
El Tratado también determinó el cese definitivo de las hostilidades, así como la prohibición de nuevos reclutamientos y propició la formación de brigadas de orden público destinadas a impedir cualquier brote de violencia. La firma del Tratado de Coche, después de una contienda civil tan prolongada y sangrienta, en la cual destacó primordialmente la participación popular, significó la apertura de un nuevo horizonte histórico para el país, al adoptarse la orientación federalista que tendría el gobierno nacional a partir de entonces.